![]() |
Benjamín Gavarre |
No soy mi imagen
Yo soy. Es tan fácil decirlo, pero... ¿Quién puede decir: “YO SOY” con absoluta seguridad?
A veces pienso que yo soy mi nombre... y no es cierto. Otras veces pienso que yo soy lo que hago. Hay quienes piensan: ¿Yo soy lo que los demás piensan que soy?
Sin embargo: Yo no soy mi nombre. No soy lo que hago. No soy lo que otras personas piensan que soy.
Otros más, muy narcisistas, se ven desde afuera como si fueran “el Otro” de sí mismos: ellos hablan de sí mismos como si fueran otra persona: Él o ella no están de acuerdo con la política del país. Él o ella van a cantar el mes que entra en la ópera de París. Él o ella piensan que ellos no son sino una persona distinta y más importante de lo que ellos son. Son ellos, pero son distintos. Son el Otro.
Cuando vemos una fotografía de cuando éramos jóvenes, nos sentimos a veces incómodos, a veces orgullosos. La fotografía detiene el tiempo, ya se sabe. Ya no soy ese que fui. Esa imagen que veo es un engaño. Y sin embargo, esa fotografía detenida en el tiempo va a estar en el mundo muchos, muchos años después de que yo haya muerto. La fotografía es un instante detenido.
Imagen de mí mismo. Cuando un extraño contempla mi imagen se contempla a si mismo. El Otro tiene una idea preconcebida de cómo son los demás. Yo sé que soy joven o viejo. Yo sé que soy hombre o soy mujer. Sé que soy mexicano o alemán. ¿Pero cuando veo al otro? Cuando veo al que se toma la fotografía a sí mismo. Cuando contemplo lo que el Otro piensa que él mismo es... Entonces la imagen de El Otro la traduzco, la interpreto: Ella es una vieja. El es un niño. Ella es una mujer alemana. El es un indio mexicano. Los estereotipos funcionan casi siempre mal. El es gay, Ella es lesbiana. A veces hay toda una incongruencia cuando alguien desprevenido dice: Entonces: “¿Sor Juana era gay?”(!).
La imagen de mí mismo está siempre reconstruida por lo que yo pienso de mí mismo. La imagen de mí mismo es reconstruida por otros. Otros la interpretan. Otros expresan sus ideas sobre la imagen que contemplan. Yo me contemplo a mí mismo y digo: este soy, este fui. Yo no lo sé de cierto, pero esta imagen que veo: Soy Yo.
Imagen de mí mismo.
A veces ya no sé quien soy. Soy el fotógrafo. Soy el hijo, soy la madre, la esposa, soy el que fui, soy el que seré. Los viejos con Altzheimer tiene la rara circunstancia del olvido. Ya no saben quiénes fueron. No saben ni siquiera quién es el otro. Preguntan: ¿Y tú quién eres? Y después de haber obtenido la respuesta, dos minutos después vuelven a preguntar: ¿Y tú quién eres? Poco después preguntan: ¿Y yo? ¿Tú sabes quién soy yo?
La mirada del Otro me confirma. Otros me dicen lo que soy. La mirada de mismo me interroga. Me dice en el espejo: éste soy, pero antes fui diferente. “Mira que si nos ven”, le dice una persona a otra. La forma en que nos ven los demás a veces nos define. Ellos dicen que soy un hombre. ¿Y yo? ¿Pienso que soy un hombre? ¿Soy una mujer? ¿Y cómo soy? Los demás piensan que soy bueno? ¿Piensan que soy raro? ¿Piensan que soy extraño? ¿Soy peligroso? ¿Inteligente? ¿Soy?
Muchos observan al otro con una mirada clara. Otras personas me ven antes de que me vean. Si yo soy judío, si soy mexicano, si soy oriental... Los demás ya me han visto. Tienen ideas estereotipadas de lo que es un judío, un mexicano, un oriental. Los demás a veces no me ven, sino que piensan que me ven. ¿Y yo? ¿Yo me miro realmente a mí antes de verme? ¿Yo soy el que refleja esa imagen? ¿Soy el que miran los demás en esa fotografía? ¿Soy esa fotografía? A veces sólo me miro los defectos. ¿Y yo soy esos defectos? No. Soy, pero no soy mi reflejo. Un signo es un signo cuando representa algo. Este que escribe soy yo, pero mis palabras sólo son mis palabras. Yo: soy solamente yo.
Benjamín Gavarre