Un ángel conocido me escribió un poema esta mañana.
Cualquier revelación se escucha como un kínder maloliente.
Los latidos de mi corazón se vuelven huecos en tu oído.
Cómo escribir, sin pausa, sin lamentos, sin olvido.
Mi voz se esconde como cada tarde cuando las batallas se han cumplido.
Los tallos de una flor tienen deseos impensables de surgir alados
como un ángel que no encuentra ni su casco ni sus alas.
No hay corazón, no hay búsqueda, no hay miserables sentimientos torturados.
No hay masacre, no hay muerte, ni excesivos devaneos.
Mis alas de mortal se esconden en tu esfera ardiente.
Mis Ángeles de hoy, atribulados,
no dan noticias ciertas de verdades puras.
Soy una voz que busca el cielo de tu vida,
Soy un Ángel que espera a ser llamado,
Soy un mortal que se niega a ser Condena,
Soy yo, soy Ángel torturado en esta Tierra.
Ya no más quiero de este mundo, ya no más...
Ya no más quiero,
Ya no más.
Esta tierra atribulada de cadáveres inciertos, de tinieblas sin fin.
En esta codiciosa fábula mal contada, mal dispuesta.
Me surge la voz, encabronada, en esta esfera,
me voy si puedo, pero espero
espero,
espero el fin,
el fin que nunca llega.
Nunca llega.
*
*
*
*
Cualquier revelación se escucha como un kínder maloliente.
Los latidos de mi corazón se vuelven huecos en tu oído.
Cómo escribir, sin pausa, sin lamentos, sin olvido.
Mi voz se esconde como cada tarde cuando las batallas se han cumplido.
Los tallos de una flor tienen deseos impensables de surgir alados
como un ángel que no encuentra ni su casco ni sus alas.
No hay corazón, no hay búsqueda, no hay miserables sentimientos torturados.
No hay masacre, no hay muerte, ni excesivos devaneos.
Mis alas de mortal se esconden en tu esfera ardiente.
Mis Ángeles de hoy, atribulados,
no dan noticias ciertas de verdades puras.
Soy una voz que busca el cielo de tu vida,
Soy un Ángel que espera a ser llamado,
Soy un mortal que se niega a ser Condena,
Soy yo, soy Ángel torturado en esta Tierra.
Ya no más quiero de este mundo, ya no más...
Ya no más quiero,
Ya no más.
Esta tierra atribulada de cadáveres inciertos, de tinieblas sin fin.
En esta codiciosa fábula mal contada, mal dispuesta.
Me surge la voz, encabronada, en esta esfera,
me voy si puedo, pero espero
espero,
espero el fin,
el fin que nunca llega.
Nunca llega.
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