martes, 20 de mayo de 2008

Desierto de los leones

 DESIERTO DE LOS LEONES

Recorro las ermitas mutiladas,
las capillas de vahos y lamentos musgos.
El aire se confunde y me entretengo en poseer
la visión de los que vienen: 
soy de ellos, somos nosotros, 
carmelitas desnudos.
Levitamos.
Monje de ayunos, de cilicios,
tu sola mano me lleva, a mí,
discípulo sin fe,
por líneas curvas,
jardines, techos, campanario: 
barco en ruinas.
Es la primera batalla del viento,
en mar remoto, 
y gana Bruma.
Sobre la bóveda arenosa de la ermita: 
el caracol marino, la estrella, el pez:
Desprevenidos todos. 
―Detrás de los manglares turquesa se oculta
Satanás, 
me dice el monje.
―Soy Ehécatl, me dice un soplo:
presagio mil aires; 
soy pájaro cáncer, 
temblor de templos. 
Los monjes me miran con sus ojos rotos.
Perforación de un cráneo, 
el mío:
no soy, 
no,
no soy de ellos.
Convento precipicio,
no despierto.
Me sale en fosa-menta el alma. 

El agua en este mar convento es un brebaje anfibio.

Monje espurio, tampoco soy azteca.
Con venas saladas, me mareo.
Tras súbito vuelco, sin espanto,
crepito en ola
y casi no distingo
a los monjes sin sus anclas y sus vergas,
sin sus mástiles,
sus velas.
No acudirán al arribo de los dioses del oriente,
o dios,
ni yo tampoco.

Cuando alcanzo a vigilar las carabelas humo,
los follajes luz, gris perla,
miro pared, tapiz, lámpara,
y ese no soy
ya no
no lo aseguro. 

Benjamín Gavarre 

CELEBRACIÓN MANDARINA


Celebración mandarina 

En el espacio sin sal asistimos 
al triunfo contra la seda maligna.
El que se come frío.
Lágrimas tardías quieren arruinar mi vigorosa fiesta. 
De severa especie,
la artesana, urde ahora disculpas vanas.
Prodigio del trópico, 
hilarante autora de su propia ruina, 
no me podrá vencer,
ya no,
maldita Araña.
de Benjamín Gavarre

!Acá va la vida!


Acá va la Vida
¿Acaba la vida? 
¡Acá va la vida!
Acá sigue la vida.
Acábala,
Vida
Acabala vida
Acá bala: vida
¡Ah, cava!
La vi. ¡Da!
Acá va.
La vi. 
Da.
¡Ah Cábala!: 
¡Vida!
de Benjamín Gavarre