Éste soy yo, éste que ves,
dijiste.
Soy yo, soy para ti, soy yo,
con mi cuerpo entero: Tú,
hermoso joven tierno:
soy yo, soy para ti, por hoy,
quizá para mañana,
con toda tu tibieza, tu ser,
soy de tus brazos, de tu abrazo,
de tu respiración y tu feliz entrega,
mis besos, los tuyos,
tú, yo, indescifrables,
mezclados, uno solo,
nuestros cuerpos se anhelan,
se descubren, se asombran,
se sumergen en la tina
suave, llena de promesas
y recompensas sin fin.
Eres un latido honesto, eres, soy,
tu más anhelada fantasía.
Soy tuyo, eres mío,
somos,
por hoy, estoy contigo,
estás conmigo, de mi parte,
eres tú también de mí, y yo soy tuyo,
hoy,
quizá mañana, lo deseo.
Me mezo entre mis brazos, entre
tus brazos
de hombre que me acuna,
de hombre que me acunas;
te mezo, nos mecemos:
niño también, de muchos años;
niño también, conmigo, contigo,
yo, tú. La música, el ritmo y el poema,
y un ir y venir de risas y cálidos abrazos,
y besos, y caricias, y respiración
entrecortada, y aves verdes,
y risas,
y corazón de vuelo libre el tuyo,
y voces regocijadas por el viento
ligero de tu risa.
Yo, tú. Nosotros entrelazados,
somos tú y yo, nosotros,
amándonos sin pudor, por la mañana,
todo el día, con nuestros cuerpos juntos.
Tú, yo: es hermoso recordarlo,
Fue tan hermoso estar contigo:
Ayer, hoy, mañana: Tú.