sábado, 12 de febrero de 2011

Una mirada con los brazos abiertos




Un cuerpo que reposa

y late

gentil,

un cuerpo puro,

limpio.


Una mirada,
un cuerpo
que no cesa,
no duerme,
observa,
se observa,
siempre se observa,
un cuerpo
que vive en los extremos.

una mirada que late.


Una mirada


de alquimista,

de iniciado,

de perfume lento

de futuro,

de antiguas hazañas,

de combates,

de brazos,

de labios,

de suspiros,

de dolor a solas,

de entrega,

de anhelo,

generosa.



Una mirada

de infinito enigma

de agua turbia,

risueña,

gentil,

ingenua,

sorprendida,

indignada,

arrebatada

por la risa.



Mirada

de abrazo

súbito,

de animal sorpresa,

de respiro

inesperado,

de fogata,

de labio suave.


Mirada

de caminar pausado,

de abrazo siempre,

de esperanza,

de nostalgia,

de confianza,

de ausencia,

de locura,

de entrega,

de apacible

estar junto a ti,

de apacible estar lejos,

siempre cerca de ti,

feliz,

sin miedo,

sin estrés,

sin deseos malsanos,

o muy sanos,

sin enojo.



Con los brazos abiertos:


A ti,

A tu mirada limpia,

de enigma inalcanzable,

gentil,

mirada limpia,

estoy.



Soy lo que miras,

siempre para ti.


Soy el que te mira,

eres tú.



Una mirada de asombro,

de inesperados

deseos

en mis sueños,

de inesperadas sonrisas

en tu abrazo,

en tu saludo de día,

de cada día,

en tu mirada nocturna,

maliciosa,

de Ángel travieso.


Te quiero

como puedo,

ya lo sabes

te quiero.