HAMACA
También “del verano”,
Islas desiertas.
Ambientes de luciferinos sones.
Destacan amapolas
cultivadas
por la industriosa
pareja de pescadores:
Pablo y el de sombrero
de ensalada.
Casa de pan,
noche de albahaca.
Hundidos en el océano,
los buscadores de noticias,
borrosos de tanto llorar
la espera,
se alambran,
rebautizados.
Son, ahora,
consumidores de madera vieja,
animales de piel grasosa.
Ven llegar cada mañana,
cada hora,
tan lejos de Greenwich,
tan cerca del hielo,
sin que la impaciencia
los devore.