martes, 5 de octubre de 2010

Ilusión

Ilusión

Mis pequeñas agonías




Yo te busqué toda la noche, tú no sabes...

Pensé que estabas, por ejemplo, caminando por las calles

sin paraguas, sin lamentos, sin horarios.

Busqué tu cara, tus insólitos modales.

Subí, bajé por escaleras puentes, taxis,

periféricos, viaductos, ejes viales.

Seguí tu rastro adivinando los detalles.

Tu despertar, tu voz, tu nombre, tus manías...

Tu piel, tu paso, tu saludo, tus pequeñas agonías.

Imaginé por un momento que a lo lejos te veía...

Qué confusión, no puede ser, estoy soñando...

Qué voy a hacer, debo correr, me está esperando.

Voy para allá, le voy a hablar: Tal vez

un hola, qué pasó, dónde estuviste.

O en esos casos es mejor un simple:

Bueno, ¿y cómo estás? ¿A dónde vas?,

¿vienes conmigo?

Llegué por fin y enmudecí.

Me congelé, me enfurecí,

hoy todavía no lo puedo resistir.

Llegué a la esquina y no te vi.

Te escabulliste, te escondiste, te escapaste.

Eras un sueño, una visión, una vulgar aparición.



Yo te busqué toda la noche tú no sabes.

No te encontré, sigo esperando que tú vuelvas.

Sigo esperando que algún día tú aparezcas por las calles.


Benjamín Gavarre