Yo
no creo en dios,
Pero
a veces parece que me hablan los carteles y el tiempo y los miles de pasos que
doy atrás y hacia adelante y hacia atrás y hacia adelante-…
Yo
no creo en dios, pero a veces me recibe el tiempo con una señal extraña, un
signo, si quieren, una verdad que debe ser interpretada como urgente.
Yo
no creo en dios, me da flojera dios, y es tan dominante y tan inflexible, que
mejor no creer en dios, y por eso lo escribo con minúscula.
Minúsculo
dios que nada arreglas, pero a veces me encanta pensar que están algunas
señales en el día a día.
Señales
que me inquietan, como las que a veces llegan.
¡¿Las
coincidencias son dios?
Son
señales inquietantes: llegan y parece que surgen de la nada.
La
nada me habla y me dice qué hacer o qué no hacer.
Me
siento devastado y con ganas de huir y ahí están los caminos que puedo seguir:
El ABC se me presenta con una claridad meridiana.
Soy
parte de dios o soy parte de mis decisiones.
Sin
saberlo.
Soy
parte de un encuentro con mi destino, con parte de un devenir que no entiendo y
que me dice, por aquí es y no puedes regresar, no puedes volver. Estás aquí
para algo. Eso es dios quizás. Eso es, a veces, cuando las mentiras te rebasan,
cuando las verdades llegan, cuando la vida te pone pruebas. ¿La vida es Dios?