lunes, 27 de mayo de 2013

Ellas


Son más cuando quieren decir algo breve y certero.

Son más cuando no quieren decir una verdad inmensa.

Son vehículo cuando se olvidan de ser.

Se convierten en luz, agonía, éxtasis y olvido.

Se parecen al río que las inunda,

al mar que las tranquiliza, al olvido que las enlaza.

Dan señales de luz  cuando te olvidan.

Olvidan el mensaje y dan sentido.

Olvidan sus significados cuando las miras.

Darán sentido a la última aseveración,

al respiro final.

Atrás hacia adelante

El horizonte en nuestro olvido
 
Me endiablaba la nariz, me sostenía el cigarro.
Me sofocaban los poros y me atravesaba el iris
el pozo de los anhelos. Era incontrolable el virus
de tanta alfombra pisada por el desgastado tiempo
y  la persistente ceniza de mis párpados, ¡Ay!
 
Era demoniaco el estilete que esculpía la idea;
era tangente la insinuación planeada con malignos
aires de inocencia.
 
Le causaban brazos los laberintos de sus cejas
enarcadas hasta el desafío:
le llenaban las llagas
los miles de insectos que se alejaban sedientos
de más dolores rojos, verdes, amarillos pus.
 
Cuando fue encontrado por el vestigio impío,
la resurrección no esperó hasta verse convertida
en crisálida.
El tiempo esperó a que los ancianos
tuvieran cinco lúcidos años.
La vida se empezó, ella sola,
a acabar cuando moriste en ese instante 
de poco menos que un gatillo de metal fundido.
 
El final vino a verter su mano suave
sobre las últimas hojas que fueron devoradas
por primera vez por ese minúsculo monstruo
de eternidad. El pequeño ser había engendrado
su maligno plan.
El resultado que estaba ya previsto por ese infundado maestro de la nada.
  
Lo adelgazaba tanta espera, se hizo un fenómeno de circo al no poder dominar sus apetitos de gloria.
Se quedaba tan callado y le fueron negados
tantos aplausos que ensordecieron el tribunal que finalmente lo conminó a ser soberanamente libre de tanta voraz, hermosa culpa.
 

martes, 21 de mayo de 2013

Puma de pura lava aroma


Puma de pura lava aroma

 

Estoy volcado, gracias al sol, en tu mirada

y cambio cada instante los suspiros por tus besos.

 

Voy como los pasos de un tigre tras tu sombra.

Voy como los locos tras tu aroma feroz

de tigre, de  puma de pura lava aroma.

 

Estoy atento a cada instante de tu eterno respirar.

Estoy mirando cómo se dibujan tus pestañas negras

boca abajo, estoy mirando tus pestañas.

 

Voy pisando como las hormigas tus ojos de miel.

 

Estoy mirando cómo se mezclan con la verde luz.

 

Estoy feliz de ver tus ojos, tu mirada luz.

 

Estoy sobresaliente con tu mirada, brazos, cuerpo sobre verde luz.

 

El pasto siempre luz al que integras con fuego tu mirada miel.


Tu mirada sobre hormigas guerreras  mientras pasa el colibrí.

 

Estoy sentado al lado mientras pasa el tiempo,

mientras pasa el tiempo o se detiene sobre tus ojos de topacio

sobre el  negro pasto.
 

Y las hormigas de miel y el verde colibrí que nos invita a verlo,

y a ti que no nos pides nada al colibrí ni a mí,

 

A ti que miras verde y agua,

a mí  que miro verde y miel.

 
































 

TIRITAS


Tiritas

 

Tiritas rayos sorprendidos

Conversaciones

Y los brazos y los dedos

Y los fríos que se dejan y los labios

También te tiemblan.

 

Tiritas en el alma con un hielo

Anfibológico que se descuelga

Del suspiro de los rayos del sol

Anhelante

Y necesitado.

 

Para los que no lo sabían

Tiritas como un témpano y eres

El remedio sustantivo, la suerte,

El remedio y el olvido, cuando

Ya después de tanto espasmo

Y doloroso accidente

Estás en la basura

Sin que nadie se disculpe o se acuerde

De tan pequeño acto

O remedio.

sábado, 4 de mayo de 2013

Signos de colores


Signos de colores me van, me vienen.

Son de un sujeto que no admite predicado.

Signos inmarcesibles como el mar abierto.

Tú eres el mar, tú eres mi constelación de Orión.

 

Signos de colores me dan de comer

y me hacen famélico a los orgasmos cotidianos.

 

Me ven venir signos inútiles.

Ahí les voy con alabastros sutiles

y otras prensas de luz pa que despierten.

 

Signos de colores para que me vengan

después a despertar los colibríes.

 

Signos de luz de luz abierta

para que canten cada día las palomas

que no lo hacen tan bien.

 

Signos que se me desbordan de la boca,

que van en caballo entre gigantes.

 

Signos de luz que me convocan

a una serenata en las mañanas de mi espera.

Signos de luz ahorita que todavía

no me he muerto de signos.


Signos de lujuria y de esperanza.

 

De una sábana que me acaricia y un olvido.

 

Signos de ti a quien sigo queriendo.
 

Tantos signos, de mi más interna leche para ti,

a quien siempre estaré esperando

cada mañana y cada noche.

 

Signos de un pesar de años,

De una espera sin fin.

Para quien siempre viene alado,

Al lado mío.

Tú.