miércoles, 27 de marzo de 2013

Recámara con olas


Uno pequeñito

Para aliviar el alma,

Para no volverse ciego.


Un pequeño espacio

Para poder decirte

Que las olas son grandes

Y el mar es otra cosa.
 

Un verde con blanco

En las paredes de la sala

Para estar quietos y cansados.

 

Y darle a los perros

Recetas de sabiduría y  besos

En la panza.
 

Un sentimiento cómplice

Y una mirada silenciosa

llena de Esperanzas quietas.
 

Un amor que nunca llega tarde

Se instala en la única recamara que tengo para ti:


Nuestra enorme cita

Todos los días.

jueves, 21 de marzo de 2013

¿Las coincidencias son dios?


Yo no creo en dios,

Pero a veces parece que me hablan los carteles y el tiempo y los miles de pasos que doy atrás y hacia adelante y hacia atrás y hacia adelante-…

Yo no creo en dios, pero a veces me recibe el tiempo con una señal extraña, un signo, si quieren, una verdad que debe ser interpretada como urgente.

Yo no creo en dios, me da flojera dios, y es tan dominante y tan inflexible, que mejor no creer en dios, y por eso lo escribo con minúscula.

Minúsculo dios que nada arreglas, pero a veces me encanta pensar que están algunas señales en el día a día.

Señales que me inquietan, como las que a veces llegan.

 

¡¿Las coincidencias son dios?

Son señales inquietantes: llegan y parece que surgen de la nada.

La nada me habla y me dice qué hacer o qué no hacer.

Me siento devastado y con ganas de huir y ahí están los caminos que puedo seguir: El ABC se me presenta con una claridad meridiana.

Soy parte de dios o soy parte de mis decisiones.

Sin saberlo.

Soy parte de un encuentro con mi destino, con parte de un devenir que no entiendo y que me dice, por aquí es y no puedes regresar, no puedes volver. Estás aquí para algo. Eso es dios quizás. Eso es, a veces, cuando las mentiras te rebasan, cuando las verdades llegan, cuando la vida te pone pruebas. ¿La vida es Dios?

martes, 19 de marzo de 2013

Colibrí


Estar al mismo tiempo aquí y en todos lados.

Voltear la vista y descubrir que sigo siendo yo.

 

El mismo instante es diverso y tú me dices...

Tú me dices una vez más que no sabes qué ponerte.

O me preguntas si te ves bien y yo te digo:

Claro, como siempre.


Estar al mismo tiempo aquí o por la noche.

Aunque la noche sea de día o de tarde y me despierte por la madrugada o por la tarde y no sepa si es la mañana o la tarde de tantas horas que no sé para dónde van pero es la misma tarde o la misma mañana o las mismas horas en que tengo que darme prisa para llegar a donde siempre se me hace tarde y pasan cosas.


Pasan cosas diversas en estas horas de aquí, de allá de todos lados.

Pasan horas que son reportadas inmediatamente
por  los medios que no escucho.

Pasan tiempos inmensos entre el sol y la noche que estamos decididos a iluminar con luz eléctrica.

Pasan horas y las horas me piensan me levantan me inclinan a momentos de grandiosas salidas a espacios propios, a lugares míos, a momentos que creo para mí, para gozarlos y olvidarlos minuciosamente mientras me esfuerzo en tratar de recuperarlos y mantenerlos como si fueran tiempos reales.

Tiempos en que el ruido es sometido a fuertes dosis
de indiferencia sostenida.

Tiempos en que esperaría que los ruidos se fueran, pero están ahí y lo más fácil es callarlos con la indiferencia.

Los tiempos son míos y son de todos pero nadie se hace cargo, como nadie se hace cargo de lavar el mundo, de lavar el mar, de lavar el universo que todo los días amanece con la misma cara reluciente en espera de ser puro universo.

Son tiempos muy ruidosos, no son tiempos medievales.

La luz eléctrica lo inunda todo.

La basura se mueve a ingentes botes que ignoramos.

El espíritu se mueve a pesar de tanto ruido y de basura.

Yo me sueño en una paz inmejorable.

Yo desaparezco unos instantes, unas horas, pero bastarían unos meses de locura quieta, de voces apagadas, de electricidad  callada para que pudiera observar de nuevo la luz de una vela en la oscuridad que nos llama, nos invita a disfrutar de una respiración pausada. Un goce por estar entre  el oxígeno y la paz. Sin más deseo que mirar la luz, el aire que se detiene en el vuelo tenaz del colibrí, en el rojo quieto de un parpadeo lento, simple, interminable.

jueves, 14 de marzo de 2013

Otro jueves


Otro jueves

 

Otro jueves.


Yo soy jueves.

 

Vienen siempre

Con los días.

 

Llevo meses

Conquistando

Los misterios

De los días

Más resueltos.

 

Me estremezco

Conquistando nuevos días,

Rescatando nuevos náufragos.

 

Rescatando

Los instantes, horas, días.

 

Los abrazos, caudas, olas.

 

Me hago torpe,

Lo confieso.

 

Tengo ganas de horadar el Horizonte.

 

No son ganas

De estrellarme con el tiempo.

 

Es un dejo,

Un esqueleto,

Un sentir que vuelo cerca del tapiz

Del universo.

 

No despierto,

Me estremezco

Con tus olas, tu deseo, tu ser necio.

 

Me torturas

Con tus alas

De murciélago.

 

Me das muchas noticias de pez muerto.

Me encanta la manera en que regresas

A los mismos lodazales de mensajes

Yertos.

 

La única vez que revertiste el cosmos

Fue cuando estuvimos cerca del abismo.

Me encontraba esa vez como es costumbre con gripe,

Con dolor de panza,

Con artritis

Prematura.

 

Me enloqueces,

Me das nauseas,

Me sofocas.

 

Y sin embargo tengo frío.

 

Frío de no caminar como es debido.

 

Con las alas largas,

Con la cara limpia,

Con mis tripas lavadas y la cabeza simple.

 

Simple como un alfiler afeitado.

Con las convulsiones de un muerto que ya no espera nada.

 

 
Soy la espera,

soy tu llama.

 

Soy tu espera,

soy tu espada.

 

Me enloquece no saber cuándo terminará este jueves.

 

Este jueves que son tantos y son el mismo jueves que se repite

Al fin,

cada semana.

Cada semana.

Cada semana.

El mismo, mismo, mismo jueves.

 

El mismo jueves.

Cada semana.

 

Nada llama,

Solo llama la semana.

 

La misma semana de tantos años,

De tantos días.

 

No hace falta

que me digas

que no hay nada.
 

¿Y si no hay nada?


¿O si no hay nada?


¿Qué caso tiene vivir por tantos, tantos jueves

y lunes y martes y deshoras.

 

La nada llegará otro jueves,

Como siempre, como nada.

 

Como si no hubiera sido preciso caminar por estos jueves

Como si fuera nada.

 

No es por nada,

Pero tanta espera pareciera precisar una demanda justa.

Un premio de consolación al menos:

Pero nada.

Nunca hay nada.

Nunca hay “cosa alguna”.

Solo espera.

Solo nada.

Nada.

NADA.

 

martes, 5 de marzo de 2013

Te vas


Nombrarte

Es terminar contigo.

En el momento en que te observo:

Te vas.

 

Eres el instante,

La situación perfecta,

Y desapareces.

 

Nombrarte

Es expulsarte del mundo.

 

Tan frágil eres

Que no aceptas

Mi mirada:

 

Te vas.

 

 

Nombrarte es un prodigio.

Mis alas se adentran en tu ser.

 

Te construyes,

Te construyo,

Pero cuando logro verte,

Apenas,

Te vas.

 

Siempre te vas.

 

Te incorporas a otro lado,

Te vas.
 

Te nombro y te vas.

 

Es una maldición,

Es un destino,

Te vas.

 

Te doy una palabra

De saludo,

Bienvenida,

Te vas.

 

No sé por qué te vas.

Aquí te descubrí,

Eres tú,

Eres un desconocido encuentro

Y te vas.

 

Te vas.

 

Te vas.

 

Te vas.

 

Alguna vez te dije que te encontraría,

 

Te encontré.

 

No fuiste sino un descubrimiento,

 

Una búsqueda,

 

Un encuentro.

 

Te vi,

 

Te pude ver,

 

Eras tú,

 

Eres tú.

 

Tú.

 

Te has ido.

 


 

 

Fuiste.

 

Y ahora eres tiempo suspendido.

 

Fuiste.

 

Ahora eres:  un suspiro.