domingo, 14 de agosto de 2011

Las horas regresaban más tarde


 


Visité los sitios conocidos,

cometí las mismas fechas,

los detalles revivían como con agua.



Los mismos rostros se agolpaban,

se mezclaban, surgían nuevos,

distintos:

los mismos, pero otros.



Los pasos, los pasos:

eran como papeles amarillos.

Los nombres, los nombres:

eran los mismos,

pero se quedaban quietos,

a la espera de ser llamados

una vez más.



Y las horas eran muchas,

esperarían

aTentas.

Se desconocían a sí mismas,

se creían las mismas,

pero habían llegado a una fotografía sin picaporte y sin ventana.

Eran las mismas horas y eran otras.



La noche llegó más tarde,

caminaré por esos huecos,

estallaré en palabras,

continuaré

las repeticiones,

regurgitaré mis entrañas:

seguiré sin entender los misterios.

Viejos goznes,

salados botes,

viejos odres

revientan.

El corazón de pan surge amoroso con sus huellas crujientes.



La telaraña se desvanece,

el tiempo se disloca:

eres tú entre tanta vejez y tanto olvido, eres tú renovado.