lunes, 25 de julio de 2011

Enigma

una luz verde en…

dar un giro hacia…

cruzar el límite de…

revertir el…

besar a…

entrar a la…

sentir su…

caminar por esa…

escuchar su…

apagar su…

imaginar lo que…

antes de esperar a…

antes de sentir que…



Y encontrarse con el olor a….

Y saber que nada era como…

Y atreverse a…

Y enojarse porque como siempre que…



Ya nada era lo mismo y sin embargo me…

Sentía las mismas, las mismas ganas de…

A veces sentía ese deseo de…


No era una locura, era un mismo y febril intento de…



Así era siempre que…

Y sin embargo no era su…

Era quizá también su…

...

Yo le decía que…

Y me contestaba con palabras semejantes a…



Era todo tan…



Ahora todo es tan…
...

Me pregunto si…

Me siento como si…

Y…

Y la verdad es que sí.

Lo acepto, y estoy tranquilo.
...

Sin embargo...

Yo habría preferido que…

Pero la vida siempre es tan…

Así es.



A veces, después de haber tenido tantos momentos de…

Me pregunto si…

Pero las cosas son…

Y no es que uno no haya querido…


No. Eso nunca.

Eso es demasiado pedir.

Es como un enigma que no podemos…

Y con todo, ya se sabe….


Hay que hacer lo que…

Y así siempre uno estará…

Así es.

martes, 12 de julio de 2011

Antenas

Antenas







Vienes CON LA sonrisa a cuestas,

o solo a medias.


Con la vida que te cargas

o llevas.



Tienes silencios lúgubres

o solo es un ademán,

el mismo de hace tantos años.



Y es un preguntar

a ciegas...

Y son las mejores,

a veces,

son las mejores

preguntas.



Te entregas en cada desafío

o enloqueces de furia a los que te buscan

a tientas.



Enfureces por tanta estupidez

o das gracias a Dios por estar tan

entre las letras y círculos

concéntricos o periféricos…

y  otros más que no se ven,

no se divulgan.



Estás harto de tanto ruido

y por eso ni contestas,

ni asomas

las antenas:

para qué.



El Tiempo que te quitan es tiempo tuyo,

de lúcido expectante.

Expectante de qué,

dirán.



De tantas tierras amadas antes de tiempo:

Paraísos equívocos,

Soles dobles, quimeras,

Fantasías de locura.

Hombres niebla,

mujeres fábula,

paisajes musgo,

soles entrelazados...



Mi locura es mía y tuya.

Mi locura no tiene vasos comunicantes.

Y es por eso que no te veo,

pero te añoro.

Y al esperarte sé que estás ahí,

en el lugar sereno,

muy cerca del que yo toco con mis manos de arena

y agua fría,

y peces que ya no vuelan,

reposan, esperan.




Te espero en un canal de tiempo que se abre

cada vez que tú piensas en mí y yo en ti.


Nos conocemos ahí y decimos:

ah, qué coincidencia,

yo también estaba pensado en ti:

Cómo te va, mi amor,

¿mañana nos vemos?

¿Mañana comemos?


Decirte que te amo es redundante,

te amo

ya lo sabes.