El poema se deja llevar
como nuestro andar,
tu caminar, el mío.
Como el caballo, con tus deseos;
con tus imágenes, con las mías,
con tus deseos, con los míos.
Atando cabos, vamos, con lo que aparece,
lo que se parece, lo que te sorprende y me sorprende.
Eres la clave y la clave es:
Es. La clave ES.
Las palabras se reúnen
gracias a tu hermosa presencia, se reúnen
hermosas por tu presencia, gracias.
Es, eres tú; es eres tú. Eres, tú eres.
Y yo contigo.
Es tu respiración, es el movimiento que creas
con tan solo respirar.
Es el suspiro que emanas,
Y el que me haces emanar.
Es el rehilete de un niño,
es un segundo, el resultado de un susurro.
La propagación del anhelo,
Los segundos en que te tocaba.
La espera de tus años:
Los mismos y conocidos lugares en que estábamos
creando.
Era azul el sueño,
Éramos una semilla, dos tigres
tendidos en un segundo,
sin importar el qué dirán:
Éramos dos tigres sin tiempo.
Fue el momento,
Es el recuerdo.