Visitante
como un Dios…
Ilusión
Yo te busqué toda la noche, tú no sabes.
Pensé que estabas, por ejemplo, caminando por las calles
sin paraguas, sin lamentos, sin horarios.
Busqué tu cara, tus insólitos modales.
Subí, bajé por escaleras, puentes, taxis,
periféricos, viaductos, ejes viales.
Seguí tu rastro adivinando los detalles.
Tu despertar, tu voz, tu nombre, tus manías.
Tu piel, tu paso, tu saludo, tus pequeñas agonías.
Imaginé por un momento, que a lo lejos, sonreías.
Qué confusión, no puede ser, estoy soñando.
Qué voy a hacer, debo correr, me está esperando.
Voy para allá, le voy a hablar: Tal vez
un hola, qué pasó, dónde estuviste.
O en esos casos es mejor un simple:
Bueno, ¿y cómo estás? ¿A dónde vas?,
¿vienes conmigo?
Llegué por fin y enmudecí.
Me congelé, me enfurecí,
hoy todavía no lo puedo resistir.
Llegué a la esquina y no te vi.
Te escabulliste, te escondiste, te escapaste.
Eras un sueño, una visión, una vulgar aparición.
Yo te busqué toda la noche tú no sabes.
No te encontré, sigo esperando que tú vuelvas.
Sigo esperando que algún día tú aparezcas por las calles.
Salto de página
Árbol luz
...Y a ver si comienzo una Esfera,
un árbol luz, lámpara de signos astrales.
A ver si me encuentro con
personajes que vivan en la zona astral,
ahí, donde Ellos se ríen
a carcajadas
de nuestros vanos intentos.
A ver si soy cielo, sol, luna, estrella,
quasar,
o bien,
un solitario
punto negro
en el infinito.
Tal vez es una necedad imaginarme
como polvo del cosmos,
animal del zoológico divino,
caos total
en el devenir
de la Historia.
A veces soy partícula de abeja,
nieve colosal,
espanto de los sueños.
O bien soy juguete de niños,
hazmerreír de adolescentes,
lúbrica aparición de ángeles con cadera
de serpiente.
No sé muy bien en qué equinoccio
o solsticio
me crearon.
No sé a qué atributo divino es necesario
rendir adoración.
A veces soy árbol lámpara,
higuera,
tarro de cerveza.
Me gustan los perros,
las abejas
y los atardeceres.
Me gusta la certidumbre de ser amado.
Sueño con abejas y con peces.
Soy parte del sol.
Salto de página
Aldebarán y Facebook
Mente soy, cuerpo.
Miro tantas texturas de personas:
un flautista que se encumbra,
un perro actor,
cien años de una diva,
un gordo insaciable, obsceno
y odiado.
Una sonrisa que mira la Fama,
un cronopio al que lastiman con facilidad,
tantos cronopios, ay, que no están aquí:
un ademán ajeno a la estupidez, una mente lúcida.
Un zoológico de voces en Facebook
celebra cada día con listones de colores
(del azul al arcoíris)
el día de la levadura,
el del semen,
el del más allá,
el día del asombro,
el día del olvido.
Ya los más cautos permanecen, en la selva
de publicaciones,
atentos.
Por si alguna nueva muerte los anima,
o algún nuevo caso de astucia los enerva.
Más Facebook que Twitter me dicen.
Las dietas de mariguana, el arroz quemado,
[siempre le sucede a alguno, ¡y lo publica!]
el alboroto por el aullido del pez,
son [Entre otros] los nuevos estelares de cinco segundos,
cinco segundos [de fama, como ya saben quién decía]
que serán reavivados por el ir y venir
del cursor,
en busca de una actualización [qué fea palabra]
que nos lleve una vez más hacia la Nada,
hacia la interrogación insatisfecha:
Podré hoy o nunca
Saber…
¿qué estoy pensando?
Qué piensas, qué sientes, qué temes,
qué se te antoja, a quién amas, a quién lamentas
haber conocido, qué fruto prohibido deseas dejar atrás.
Qué circunstancias aciagas te llevaron a ser lo que eres,
cuántas arrugas tienes en la frente,
a quién visitaras mañana,
quién te visitará cuando tengas noventa y tres años,
qué música han olvidado los que te conocen,
cuántos dígitos tiene un montón de basura,
qué te anuncian en la nueva televisión,
el Internet?
Cuántas razones para seguir en este medio,
cuántos sortilegios te atrapan en el nuevo canal
de las “estrellas” virtuales.
Aldebarán sí es una estrella,
es solícita con los nuevos visitantes,
es renuente a las adulaciones.
***
El hombre levantó la vista,
El Otro levantó la ceja
y escribió una carta.
Ambos decidieron que se tomarían la tarde libre,
se irían a la playa más cercana
y cada uno en su hamaca
leyeron cuentos, hojearon revistas,
recordaron canciones,
revisaron
minuciosamente
el universo.
Salto de página
Aleteos
Ángeles cuánticos
Cánticos cuánticos.
Guardo silencio cuando
elevas tu oración al cielo.
Me escurro y ellos me observan.
Son rojos, a veces, y cuando los miro son celestiales.
Me miran y no los comprendo.
Me llevan una sinfonía de distancia,
y se mueren de risa cuando los quiero retratar.
Son rojos y azules.
No sé si amarillos.
Me enervan,
como los peces
japoneses, peces cuánticos.
Entre gotas de lluvia,
y por los espejos,
aletean, claro.
También en la última nota del perfume azul
y cuando sabes que todo se va a desbordar
en esos veinte segundos cuando mucho.
Se mueren de risa
del asombro que nos causan
sus millones
de partículas… que están aquí…
…y allá, en las sábanas, en la ducha,
y… en la mirada
inquieta
de un escéptico…
como tú.
Salto de página
Visitante
Su naturaleza es el viento,
pueden ser
sus alas,
brazos.
Su presencia es conmoción,
se detienen las olas,
se detiene el tiempo.
Nos visita…
...y a la manera de un Bufón,
sonríe.
Las gaviotas miran altivas.
En el silencio,
en el aire,
salta el pez.
Salto de página
A dormir
La mar se vuelve serena y me duermo:
profundo mar azul cobalto,
cera derretida,
líquido de plomo.
Salto de página
Estallaré en Venecia
Como el silbar del viento,
todas las malas redes te acompañan.
Cada momento alado es un intento.
Todas son
las elucubraciones de la araña.
Recobrarás el tiempo,
caminarás al alba del famoso instrumento
y la jirafa y la enana y la elefanta,
y el caballo
y tú
y el pensamiento.
Como rozar el cielo,
siempre a tu lado voy.
Alado,
sabes.
Rebasarás al viento
como un ave que intenta
confundir, todavía más,
al universo.
…Y comunicaré al viento
mis honrados intentos
de ser libre.
Y… mis más antiguos rezos
para el dios que quisiera ser mi líder.
Verificaré la espuma
del último tarro de cerveza.
Regurgitaré el alma
en una llamarada de torpezas.
Acariciaré el alma
con una de tus risas por la tarde.
Reverenciaré el verde
camino de tus alas
cada noche,
eh.
Recobraré mi boca
con todas tus caricias.
Convenceré a la noche
con todas tus virtudes
y tu frágil
brisa.
Estallaré en Venecia
con una barricada de solsticios.
Convocaré a las musas
para una tenue orgía.
Convocaré a las hadas
para que hagan pan
y pay de frambuesa.
Conoceré el destino
de todos los silfos
y los raros
peces
abisales.
Convocaré a una Huelga
General.
Regresaré a la tumba
a todos los obtusos y los necios.
Regurgitaré tu nombre
a ver si así dejas de llamarme por teléfono.
Convertiré en paleta al Sol
y les daré espuma de mar
a los caballos.
Cambiaré las sábanas
cada vez que haga falta…
…es más, diario.
Convenceré a la Tierra
para que haga un calendario
acorde a mis necesidades narcisistas.
Reproduciré tu imagen más veces que Andy Warhol
y convocaré a una docena de amapolas
para que canten las mañanitas cada sábado.
Si con mi voz malsana
puedo cambiar tu nombre en un instante…
arrebataré la máscara
de tu famoso rostro
con todas las falacias disecadas.
Recobraré el sentido…
y
conoceré las alas
del puntual
final.
Salto de página
Mirada
¿Quién puso
polen en tu mirada,
jarrón de albahaca,
girasol desprendido del aire?
Salto de página
So quiet
un aire
inaudible,
verde,
indefinible,
inmóvil,
tierno.
Nada respira, nada pasa,
Todo permanece.
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Bonsái
Si el oro llegara
simple
y me olvidara
de tanto compromiso…
Si un harpa encontrada
me otorgara
las maravillas,
del ave quetzal…
Si las virtudes del quetzal fueran mentira…
O si Quetzal y Oro fueran jaulas magníficas
y no me diera cuenta…
Si pudiera
por acaso
distinguir el oro
que se oculta
en el pasto…
Si acaso Oro y Quetzal
estuvieran al servicio del Sabio experto en
matemáticas…
Al servicio del Sabio Hechicero…
Si todos los ingredientes
del Conjuro del Sabio
no sirvieran de nada
por la ausencia imperdonable de agua limpia,
sagrada…
Entonces, dime tú, ¿qué haría
con mis deseos de ingresar
a los famosos
Laberintos de Jade?
Si mi amor infinito fuera:
quetzal de oro,
copa de ámbar,
jarro de flores,
copa inicial…
Entonces yo
te daría
un quetzal de obsidiana
y un instrumento musical tan raro
que solo tú podrías tocar.
Salto de página
El mar y tú
La luna es una y es la misma.
No importa si “se ve grande",
o es roja,
gigante,
de queso,
de azúcar,
o si está en sopa
o si me la como
con cuchara.
El sol solo es el sol
con o sin mayúscula.
El Sol es el Sol.
La noche no está triste,
ni cansada
ni enamorada, ni sola:
solo es noche.
La noche.
La tormenta no es bestial.
Ya sabemos.
El día no es alegre,
no está triste, no es un día
maldito,
ni mágico.
Es el día.
Las horas,
ah las horas…
Cuántas horas,
maravillosas horas,
insufribles horas.
Las horas no se parecen al mar:
Son el mar.
Salto de página
Cuerdas centrífugas
Un gato es un violín,
un labio es una ausencia,
un solo juego de ajedrez es todo tu destino.
Este hombre no comparte la certeza de su muerte.
La muerte es una catapulta,
sin duda.
***
Tú eres mi respiración,
a veces mi asfixia,
a veces mi paz.
La muerte de Otros, siempre una sorpresa,
siempre.
***
Dios
puede ser un Matemático.
Quién que no es Dios puede…
Detener el Tiempo,
matar al Ajedrez,
acabar con Orión,
matar al insecto,
a Ése.
O matar a Dios
y detener el Tiempo,
ser el Tiempo…
Y tomarse la tarde libre,
invitar a los secuaces
a tomar cerveza,
a matar las intenciones,
a colmarlas…
Puede…
Adherirse a un grupo,
luchar contra los ideales de otros,
corroborar que a veces
también
somos el Otro…
O preñar una bandera y
ser célebres por diez minutos.
O morir cinco minutos y renacer en el siglo XXII,
O en el XVI.
O ser una estrella nueva en el Multiverso y
entrar gratis al cine.
O… escudarse en una mentira,
revisar el Cosmos,
ser un paraíso,
ir de vacaciones a Nigeria,
entender todo al revés,
montar un camello,
seducir al Papa,
comprar una hamburguesa en el Cairo,
irse de travesti a NY,
Saludar a Putin,
anudar una corbata en la Casa Blanca,
o viajar de polizón a Norcorea.
O… edificar una metáfora,
Y ser valiente contra el séptimo poder…
O… entender el Cosmos,
Todo el Cosmos…
…Y ser más inteligente que Stephen Hawking.
Salto de página
Dibujo
lápiz
silueta
cara
rostro
enigma
encuentro
beso
sorpresa
cita
estrategia
veredicto
confusión
reto
drama
revelación
destrucción
reflexión
espera
gesto
recuerdo
vacío
espera
duelo
paisaje
silencio
tú
Salto de página
Sol abierto
Sol abierto,
mar veloz,
luna golfa.
Los vastos territorios
salados
me incendian las pupilas.
Mar alado, luna hueca, sol instinto.
Volátiles camastros
sobresalen de las olas
y tienden sábanas frescas
bajo cúmulos de estrellas.
Salto de página
Hoy no moriré
Ya no voy a nadar y los ceniceros
están llenos de odio
consumido.
Ya los mismos relojes dan las mismas horas
y espero
las noticias de muertes
de seres queridos
cada vez que suena el timbre
del teléfono.
Mis agotadas venas están
llenas de sangre
enferma.
Mi reloj referencial,
el que me despierta
cada mañana,
aunque sea domingo,
me dice que hoy no moriré,
pero tal vez mañana,
o dentro de unas horas,
o acaso antes de que termine de escribir
estas líneas.
Mi muerte está programada,
no por mí,
ni por mis ciegas esperanzas,
sino por el diagnóstico feroz que me obliga
a dejar
mis papeles
en orden,
y mis impuestos…
todos pagados.
Ya el cigarro último,
de la última cajetilla
está consumido.
Todo está consumado.
Espero horrorizado la llamada
de la Muerte,
la de otros.
La mía la conozco desde hace tiempo.
Espero que los hígados, los míos,
mi hígado,
les causen un malestar inenarrable a esos buitres,
que no han acabado
de saciarse
con mi suave carne
y mis delirios.
Por lo pronto sigo respondiendo mails,
entrevistando paradojas,
inalcanzando el Everest.
Sigo en lo mío:
tratando educadamente de no pisar al Otro,
o demostrarle… a la Susodicha
de cuán vileza soy capaz
cuando me enojo, o me harto.
Sigo en la estructura de una amabilidad incierta
y una inteligencia desbordada
que no sirve para maldita la cosa.
Me voy de vez en cuando a mis baños de pureza
y me encuentro sano y lujurioso con la espuma
gratificante del mar.
Vivo para mí.
Soy rebelde,
cauto, silencioso, bullanguero, irónico
y altisonante.
Se me olvida la rabia y el mundo entero
y me duermo plácidamente cada mañana
y cada tarde y cada vez que puedo.
Me duermo cada vez que lo consigo y olvido.
Me gusta dormir y olvidar.
Mañana moriré de tanta eternidad y tanto olvido.
Soy un enfermo que tal vez muera mañana o tal vez no muera nunca.
Me convertiré en roca de tanta pereza que me causa el mundo.
Moriré, ya lo sé,
ya muero, ya.
Soy tan feliz.
Soy.
Yo,
Prometeo.
Salto de página
Qué bueno tener mala memoria
Soy olvido,
soy un buscador de efímeros
presentes.
Soy el presente
y siempre
soy
el que se olvida.
El que se olvida,
y es olvidado.
Estoy de ninguno para todos.
Estoy tampoco para nadie no.
Estoy de tu caminar de amarga miel, ahora.
En el árbol aéreo se despide la niebla sólida.
Estoy de ellos ensombrecido como una manzana.
Me resulta del yo de tu aroma pálido,
un querido
resplandor
que nunca he sabido dejar
al aire.
Estamos con los Otros como los árboles que no tienen flores,
árboles que crecen hacia abajo
y a lo lejos.
Estoy de ellos,
estamos ellos y ustedes,
todos, menos nosotros,
menos los perros
que se olvidaron de las letras en inglés,
y las aves
esas que nunca se han atrevido a aterrizar.
Salto de página
Luz meridiana
Ya mi sala está lista, ya mi alcoba está plena.
Ya cualquier hora es la hora en que estoy contigo,
unido y lleno de ti.
Ya estamos los dos con el mismo rostro, la misma almohada,
la misma canción:
y celebramos.
Ya las horas se hacen una, contigo.
Mi respirar es tu respirar, tus ojos son los míos, mi mente
adivinada por ti, predicha por ti, enaltecida por ti.
Ya los acentos no me hacen falta y las horas pasan quietas
y las penas se aquietan,
y los empalagos son tan grandes como la primera vez.
Te amo.
Salto de página
…de regalos
Dibújame como si fuera un viernes
de tormenta.
Dime si los azules y los magenta
se llevan bien
con el sonido del rayo.
Bendíceme y aléjame de las rabietas.
Invoca al Éter divino cuando me esté equivocando.
Esto suele ocurrirme cada solsticio,
y casi todos los días.
Escúchame con gentileza:
por lo general me equivoco
con los adverbios,
ah, y sobre todo con los gerundios:
Ay, los gerundios.
Espérame despacio hasta que den las doce
citas cartesianas para que pueda decir:
Sí.
Cuando se trate de ofertas de fin de semana,
cómprame un paraguas alado
para salir al río,
y llevar algo de cenar…
sin demasiadas calorías.
Salto de página
Cuatro años
Cuatro años es mucho o poco.
Cuatro años es el inicio y el fin.
Te doy cuatro años para amar
y cuatro para terminar un sueño.
Tengo cuatro años para ti,
y toda la vida
para recordarte.
Salto de página
Palabras
Son más cuando quieren decir algo breve y certero.
Son más cuando no quieren decir una verdad inmensa.
Son vehículo cuando se olvidan… de ser palabras.
Se convierten en luz, agonía, éxtasis y olvido.
Se parecen al río que las inunda,
al mar que las tranquiliza, al olvido que las enlaza.
Dan señales de luz cuando te olvidan.
Olvidan el mensaje y dan sentido.
Olvidan sus significados cuando las miras.
Darán sentido a la última aseveración,
al respiro final.
Salto de página
La vida se empezó ella misma sola así… a acabar
Me endiablaba la nariz, me sostenía el cigarro.
Me sofocaban los poros y me atravesaba el iris y
el pozo de los anhelos.
Era incontrolable el virus
de tanta alfombra pisada por el desgastado tiempo
y la persistente ceniza de mis párpados,
¡ay!
Era demoniaco el estilete que esculpía la idea.
Era tangente la insinuación planeada con malignos
aires de inocencia.
Le causaban brazos los laberintos de sus cejas
enarcadas hasta el desafío:
le llenaban las llagas
los miles de insectos que se alejaban sedientos
de más dolores rojos, verdes, amarillos pus.
Cuando fue encontrado por el vestigio impío,
la resurrección no esperó hasta verse convertida
en crisálida.
El tiempo esperó a que los ancianos
tuvieran cinco lúcidos años.
La vida se empezó, ella sola,
a acabar…
Fue cuando moriste en ese instante
de poco menos que un gatillo de metal fundido.
El final vino a verter su mano suave
sobre las últimas hojas que fueron devoradas
por primera vez por ese minúsculo monstruo
de eternidad.
El pequeño ser había engendrado
su maligno plan…
de lava pura
El resultado que estaba ya previsto por ese infundado maestro de la nada.
Lo adelgazaba tanta espera, se hizo un “fenómeno de circo” al no poder dominar sus apetitos de gloria.
Se quedaba tan callado y le fueron negados
tantos aplausos que ensordecieron el tribunal que… finalmente…
lo conminó a ser soberanamente libre
de tanta voraz, hermosa culpa.
Salto de página
Puma de pura lava aroma
Estoy volcado, gracias al sol, en tu mirada
y cambio cada instante los suspiros por tus besos.
Voy como los pasos de un tigre tras tu sombra.
Voy como los locos tras tu aroma feroz
de tigre, de puma
de pura lava
aroma.
Estoy atento a cada instante de tu eterno respirar.
Estoy mirando cómo se dibujan tus pestañas negras
boca abajo,
estoy mirando tus pestañas.
Voy pisando como las hormigas tus ojos de miel.
Estoy mirando cómo se mezclan con la verde luz.
Estoy feliz de ver tus ojos,
tu mirada luz.
Ojos de miel, sí.
Estoy sobresaliente con tu mirada, brazos, cuerpo sobre verde luz.
El pasto siempre luz al que integras con fuego tu mirada miel.
Sí, miel.
Tu mirada sobre hormigas guerreras…
mientras pasa el colibrí.
El colibrí, sí.
Estoy sentado al lado mientras pasa el tiempo,
mientras pasa el tiempo
o se detiene sobre tus ojos topacio,
sí, de miel.
A ti que miras verde y agua,
a mí que miro verde y miel.
Sí.
…aliviar el alma
… aliviar el alma,
para no volverse ciego.
… poder decirte que las olas son grandes
… y el mar es otra cosa.
Un verde con blanco
en las paredes de la sala
para descansar.
Y darle al perro
recetas de sabiduría y besos…
en la panza.
Un sentimiento cómplice.
Y una mirada silenciosa
llena de Esperanzas quietas.
Un amor que nunca llega tarde
se instala en la única recamara que tengo para ti:
Nuestra enorme cita
todos los días.
Salto de página
Parpadeo
Estar al mismo tiempo aquí y en todos lados.
Voltear la vista y descubrir que sigo siendo yo.
El mismo instante es diverso y tú me dices...
Tú me dices una vez más que no sabes qué ponerte.
O me preguntas si te ves bien y yo te digo:
Claro, como siempre.
Estar al mismo tiempo aquí o por la noche.
Aunque la noche sea de día o de tarde y me despierte por la madrugada o por la tarde y no sepa si es la mañana o la tarde de tantas horas que no sé para dónde van pero es la misma tarde o la misma mañana o las mismas horas en que tengo que darme prisa para llegar a donde siempre se me hace tarde y pasan cosas.
Pasan cosas diversas en estas horas de aquí, de allá de todos lados.
Pasan horas que son reportadas inmediatamente
por los medios que no escucho.
Pasan tiempos inmensos entre el sol y la noche que estamos decididos a iluminar con luz eléctrica.
Pasan horas y las horas me piensan me levantan me inclinan a momentos de grandiosas salidas a espacios propios, a lugares míos, a momentos que creo para mí, para gozarlos y olvidarlos minuciosamente mientras me esfuerzo en tratar de recuperarlos y mantenerlos como si fueran tiempos reales.
Tiempos en que el ruido es sometido a fuertes dosis
de indiferencia sostenida.
Tiempos en que esperaría que los ruidos se fueran, pero están ahí y lo más fácil es callarlos con la indiferencia.
Los tiempos son míos y son de todos pero nadie se hace cargo, como nadie se hace cargo de lavar el mundo, de lavar el mar, de lavar el universo que todo los días amanece con la misma cara reluciente en espera de ser puro universo.
Son tiempos muy ruidosos, no son tiempos medievales.
La luz eléctrica lo inunda todo.
La basura se mueve a ingentes botes que ignoramos.
El espíritu se mueve a pesar de tanto ruido y de basura.
Yo me sueño en una paz inmejorable.
Yo desaparezco unos instantes, unas horas, pero bastarían unos meses de locura quieta, de voces apagadas, de electricidad callada para que pudiera observar de nuevo la luz de una vela en la oscuridad que nos llama, nos invita a disfrutar de una respiración pausada. Un goce por estar entre el oxígeno y la paz. Sin más deseo que mirar la luz, el aire que se detiene en el vuelo tenaz del colibrí, en el rojo quieto de un parpadeo lento, simple, interminable.
Salto de página
Jueves
Otro jueves.
Yo soy jueves.
Vienen siempre…
siempre llega uno.
Llevo meses
conquistando
los misterios
de los días
más resueltos.
Me estremezco
conquistando nuevos días,
rescatando nuevos náufragos.
Rescatando
instantes, horas, días…
Abrazos, caudas, olas.
Me vuelvo torpe,
lo confieso,
tengo ganas de horadar
el Horizonte.
Es un sentir que vuelo cerca del tapiz
que circunda el Universo.
No despierto,
me estremezco
con tus olas, tu deseo, tu ser necio.
Me torturas
con tus alas
de murciélago.
Me mandas noticias de pez muerto.
La única vez que revertiste el cosmos
fue cuando estuvimos cerca del abismo.
Me encontraba esa vez como es costumbre con gripe,
con dolor de panza,
con artritis
prematura.
Me enloqueces,
me das nauseas,
me sofocas.
Y sin embargo tengo frío.
Frío por no caminar
como es debido.
Con las alas largas,
con la cara limpia,
con las tripas lavadas
y la cabeza simple.
Simple como un alfiler afeitado.
Con las convulsiones de un muerto que ya no espera nada.
Soy la espera,
soy tu llama.
Soy tu espera,
soy tu espada.
Me enloquece no saber cuándo terminará este jueves.
Este jueves que son tantos y son el mismo, mismo,
mismo, mismo, mismo jueves.
Solo espera.
Solo nada.
Nada.
NADA.
Salto de página
Te vas
Nombrarte es terminar contigo.
En el momento en que te observo:
Te vas.
Eres el instante,
la situación perfecta,
y desapareces.
Nombrarte
es expulsarte del mundo.
Tan frágil eres
que no aceptas
mi mirada:
Te vas.
Nombrarte es un prodigio.
Te construyes,
Te construyo,
pero cuando logro verte apenas,
vislumbrarte…
Te vas.
Siempre te vas.
Es una maldición,
Es un destino,
Te doy una palabra
de saludo,
bienvenida…
Te vas.
…es: un suspiro.
Salto de página
Deseo virtual
La hora de tus labios llega al amanecer de tus gestos de gato.
Los movimientos de tu lengua feroz se entregan en esa mirada
de pestañas cuidadosamente ingenuas.
Las comisuras de tus ojos
son radiantes caudas de cometas que amenazan al sol.
Tu cara es un compás que abre horizontes
de catedrales de besos.
Mis labios se sonrojan cuando esperan
alcanzar
tu encendida ilusión.
Te miro y no concibo
tanta inocencia premeditada.
Eres un tormento
en lejanía.
Salto de página
…dije eso
…con mi sombra por ser frágil.
…con la astucia por ser breve.
…de mi vida por ser santo.
…de los mares.
...con las olas.
…las almohadas.
…hacia el abismo.
… postergar mi muerte.
… y mi olvido.
…de mi hurgar entre fantasmas.
…las mismas, mismas horas.
…caminos equivocados.
…nuevos sitios
…deambular entre tinieblas.
…al viento delicada
… y regreso…
…solo las tiernas voces del deseo
se asoman en la expectación del viaje.
…los horizontes son
el texto final.
Salto de página
En el aire
…sin habla el palpitar de alas eleva el tiempo lo inasible de su rostro me conmueve y sus alas de nuevo me sostiene me enervan sus tus miles de nuevos aires me llevan a sueños lentos me conmueves me sacudes traspasas el tiempo te detiene la imagen te devora el silencio me llevas no regreso se eleva el instante no rodeas el aire el aire eres tú y nunca supiste la clase de ave en que renaciste para el infinito eres el aire…
…el movimiento y la belleza
Salto de página
Guardar búsqueda
Estuve buscando tanta información
relativa a otros
y me encontré conmigo.
Salto de página
El especialista
Encendió su laptop.
La Red funcionaba
como tantas veces.
Los horizontes
aguardaban su turno.
Seguían en su lugar
las risas, los rencores
y los inevitables
próximos pagos.
Los refrigeradores,
casi todos,
repletos de viandas
inútiles.
¿Está Seguro
que desea desinstalar
este Universo?
(Aceptar)
(Cancelar)…
En 45 segundos
terminó todo.
(Casi todo)
Iluso pensó:
¿Restaurar?
No:
Es imposible.
Salto de página
Referente al O
—El atentado...
—¿El de hace mucho tiempo?
—No, el de ayer.
Siempre es el mismo,
como el Río.
—Dices Orinoco
—¿El Río?
—¿Hay otro?
—Hubo otro.
—¿Otro?
—Pero no era el Río.
—Nunca es el Río.
—Era, sucedía en el Río.
—Nunca es el Río.
—El Río
—ES.
—Orinoco...
—Pero no es el Orinoco.
—Nunca lo es.
—¡El ORINOCO!
...
Casi el Orinoco,
pero todo lo demás
son palabras.
—¿Y El Atentado?
—¿El de ayer?
—No: EL ATENTADO.
—Ah, el mismo,
es el de siempre:
—Casi... el atentado.
Salto de página
Con sabor a piano
Con olor a sol.
Con sabor a tiempo.
Con olor a espera.
Las horas de la ola.
Los gritos del espacio.
Las huellas del sonido.
Los errores del rojo.
Aroma de fractura.
Kilómetros de incienso.
Lagos de incertidumbre.
Toneladas de blancura.
Salto de página
Qué sería
Qué sería semilla,
qué sería espera,
qué sería roble,
qué sería enojo…
rayo menor, espanto, instante,
lápida, océano, desencuentro, nube,
alfiler…
Una sorpresa,
un respiro.
La razón… la entrega abismal o la locura.
El sueño… la brisa de un aullido…
¿Qué hay detrás de una pared sin sueño?
¿Qué se puede lograr con un cúmulo de nubes?
¿Cómo se puede explicar la poesía?
Un soltar las…
Un apretar los…
Un irse lejos hasta…
Beber de un planeta los…
Aumentar las maneras de…
Reflejarse en la….
Verter un poco de…
Contraer los…
Amenazar al mundo con….
Extirpar las montañas del…
Lacerar los…
Destruir las…
Descubrir una…
Un verbo que se niega a…
Un sustantivo que…
Un adjetivo que nunca… nunca…
Las palabras son sobre todo…
Eso y más son las…
Y el silencio siempre llega…
…al final.
Salto de página
El Origen
Arde ayer
y no sabemos
la razón de la existencia de Hoy.
Pensamos que hay una vocación divina
pero la única noticia
es
Nada.
Salto de página
Muerte
Día fugaz:
Espero su llegada.
Ah… ahí está.
Salto de página
Fugaz
Quiere ser un incendio.
Se desvanece…
El recuerdo.
Salto de página
Nueva etapa
Desato las amarraduras,
las de orín y fierro viejo.
Las olvido
o las tiro a la basura.
…trastos inservibles.
Y claro, algunos insectos salen a la luz y
protestan.
Los ignoro.
Nueva etapa.
Me voy a la cama con mis nuevos amores,
duermo sin sobresaltos.
Salto de página
Cometí las mismas fechas
Visité los sitios conocidos,
cometí las mismas fechas,
los detalles revivían como con agua.
Los mismos rostros se agolpaban,
se mezclaban, surgían nuevos,
distintos:
los mismos, pero otros.
Los pasos, los pasos:
eran como papeles amarillos.
Los nombres, los nombres:
eran los mismos,
pero se quedaban quietos,
a la espera de ser llamados
una vez más.
Y las horas eran muchas,
esperarían
aTentas.
Se desconocían a sí mismas,
se creían las mismas,
pero habían llegado a una fotografía sin picaporte y sin ventana.
Eran las mismas horas y eran otras.
La noche llegó más tarde.
Caminaré por esos huecos,
estallaré en palabras,
continuaré las repeticiones,
regurgitaré mis entrañas:
seguiré sin entender los misterios.
Viejos goznes,
salados botes,
viejos odres
revientan.
El corazón de pan surge amoroso con sus huellas crujientes.
La telaraña se desvanece,
el tiempo se disloca:
eres tú entre tanta vejez y tanto olvido,
eres tú renovado.
Salto de página
una luz verde en…
una luz verde en…
dar un giro hacia…
cruzar el límite de…
revertir el…
besar a…
entrar a la…
sentir su…
caminar por esa…
escuchar su…
apagar su…
imaginar lo que…
antes de esperar a…
antes de sentir que…
Y encontrarse con el olor a….
Y saber que nada era como…
Y atreverse a…
Y enojarse porque como siempre que…
Ya nada era lo mismo y sin embargo me…
Las mismas, las mismas ganas de…
Sentía ese deseo de…
Era un mismo y febril intento de…
Así era siempre que…
Y sin embargo no era su…
Era quizá también su…
Yo le decía que…
Y me contestaba con palabras semejantes a…
Era todo tan…
Ahora todo es tan…
Me pregunto si…
Me siento como si…
Y…
Y la verdad es que sí.
Lo acepto, y estoy tranquilo.
Sin embargo...
Yo habría preferido que…
Pero la vida siempre es tan…
Así es.
A veces, después de haber tenido tantos momentos de…
Me pregunto si…
Pero las cosas son…
Y no es que uno no haya querido…
No. Eso nunca.
Eso es demasiado pedir.
Es como un enigma que no podemos…
Y con todo, ya se sabe….
Hay que hacer lo que…
Y así siempre uno estará…
Así es.
Salto de página
De soles entrelazados...
Con la sonrisa a cuestas,
o solo a medias.
Con la vida que te cargas
o llevas.
Con …silencios lúgubres
o solo ese ademán,
el mismo de hace tantos años.
Y es un preguntar
a ciegas...
Y son las mejores,
a veces,
son las mejores
preguntas.
Te entregas en cada desafío
o enloqueces de furia a los que te buscan
a tientas.
Enfureces por tanta estupidez
o das gracias a Dios por estar tan
entre las letras y círculos
concéntricos o periféricos…
y otros más que no se ven,
no se divulgan.
Estás harto de tanto ruido
y por eso ni contestas,
ni asomas
las antenas:
para qué.
El Tiempo que te quitan es tiempo tuyo,
de lúcido expectante.
Expectante de qué,
dirán.
De tantas tierras amadas antes de tiempo:
Paraísos equívocos,
Soles dobles, quimeras,
Fantasías de locura.
Hombres niebla,
mujeres fábula,
paisajes musgo,
soles entrelazados...
Mi locura es mía y tuya.
Mi locura no tiene vasos comunicantes.
Y es por eso que no te veo,
pero te añoro.
Y al esperarte sé que estás ahí,
en el lugar sereno,
muy cerca del que yo toco con mis manos de arena
y agua fría,
y peces que ya no vuelan,
reposan, esperan.
Te espero en un canal de tiempo que se abre
cada vez que tú piensas en mí y yo en ti.
Nos conocemos ahí y decimos:
ah, qué coincidencia,
yo también estaba pensado en ti:
Cómo te va, mi amor,
¿mañana nos vemos?
¿Mañana comemos?
Decirte que te amo es redundante,
te amo
ya lo sabes.
Salto de página
De H y B
El poema se deja llevar
como nuestro andar,
tu caminar, el mío.
Como el caballo, con tus deseos;
con tus imágenes, con las mías,
con tus deseos, con los míos.
Atando cabos, vamos,
con lo que aparece,
lo que se parece,
lo que te sorprende
y me sorprende.
Las palabras se reúnen
gracias a tu hermosa presencia, se reúnen
hermosas por tu presencia, gracias.
Es, eres tú; eres tú.
Eres, tú eres.
Y yo contigo.
Es tu respiración, es el movimiento que creas
con tan solo respirar.
Es el suspiro que emanas,
Y el que me haces emanar.
Es el rehilete de un niño,
es un segundo, el resultado de un susurro.
La propagación del anhelo,
los segundos en que te tocaba.
La espera de tus años:
los mismos y conocidos lugares en que estábamos
creando.
Era azul el sueño,
éramos una semilla, dos tigres
tendidos en un segundo.
…tigres sin tiempo.
Fue el momento,
Es el recuerdo.
Salto de página
Hoy quiero ser cursi
Hoy quiero ser cursi y mirar tu boca,
el cielo de tus labios, la sonrisa de tus ojos.
Quiero pasar mi lengua por tus párpados,
pasar mi tiempo por tu tiempo,
pasar mi cuerpo por tus manos,
mis manos por tu cercanía,
mi aliento por tu espera,
mi espera por tu cuerpo abierto.
Esta vez me toca a mí ser tuyo,
ser tu objeto dúctil, tu dulce,
tu agridulce, tu luz eléctrica,
tu alegría, tu sorpresa esperada,
tus deseos satisfechos.
Soy tuyo.
Esta vez voy alado contigo
en un vuelo
a través del más azul suspiro:
Te dije que iba a ser cursi.
Y más, debo contactar mi mano con tu mano
en nuestro vuelo.
Tu entusiasmo y el mío,
mi alegría y la tuya en nuestro
vuelo de pegasos entre planetas,
entre luces silenciosas,
en el espacio ideal,
el que escogemos
para nuestra película favorita,
la nuestra.
Nuestra respiración es la misma,
los latidos de tu corazón son cada vez más
veloces y los míos cada vez más intensos.
Nos vamos
juntos,
nos venimos.
Qué importa ser cursis si somos
tan plenos.
Salto de página
Éste soy yo, éste que ves
Éste soy yo, éste que ves,
dijiste.
Soy yo, soy para ti, soy yo,
con mi cuerpo entero: Tú,
hermoso joven tierno:
soy yo, soy para ti, por hoy,
quizá para mañana,
con toda tu tibieza, tu ser,
soy de tus brazos, de tu abrazo,
de tu respiración y tu feliz entrega,
mis besos, los tuyos,
tú, yo, indescifrables,
mezclados, uno solo,
nuestros cuerpos se anhelan,
se descubren, se asombran,
se sumergen en la tina
suave, llena de promesas
y recompensas sin fin.
Eres un latido honesto, eres, soy,
tu más anhelada fantasía.
Soy tuyo, eres mío,
somos,
por hoy, estoy contigo,
estás conmigo, de mi parte,
eres tú también de mí, y yo soy tuyo,
hoy,
quizá mañana, lo deseo.
Me mezo entre mis brazos, entre
tus brazos
de hombre que me acuna,
de hombre que me acunas;
te mezo, nos mecemos:
niño también, de muchos años;
niño también, conmigo, contigo,
yo, tú. La música, el ritmo y el poema,
y un ir y venir de risas y cálidos abrazos,
y besos, y caricias, y respiración
entrecortada, y aves verdes,
y risas,
y corazón de vuelo libre el tuyo,
y voces regocijadas por el viento
ligero de tu risa.
Yo, tú. Nosotros entrelazados,
somos tú y yo, nosotros,
amándonos sin pudor, por la mañana,
todo el día, con nuestros cuerpos juntos.
Tú, yo: es hermoso recordarlo,
fue tan hermoso estar contigo:
Ayer, hoy, mañana: Tú.
Salto de página
Chuchito
Un intento denodado de violencia,
lejos de ti, Chucho, aunque a veces
te sale lo inhumano.
Quisiera ser tú, cuando me miras
anhelante.
Quisiera ser tú, cuando alborozas
el mundo
si ella te besa los ojos,
si te lame el bajo vientre.
Cuántos secretos guardados en tu torpe
alegría, cuántos datos inesperados
llegarían de tu enorme, inusitada espera
por mí, siempre por mí, por nadie más.
Te cuento mis secretos más profundos,
me miras sin pudor en mis más íntimos,
impúdicos deseos.
No tienes sino remordimientos si te veo,
si te grito, si te aviso que es la última vez
que soporto tus torpezas, Chucho.
Quién como tú con tus simples sueños
y tus sueños simples, de persecución,
de rastros insondables, de olores
prodigiosos.
Quién como tú y tu amor sin límites
por mí, por Arenita, por un plato
lleno de suculentas sorpresas.
Quisiera ser perro, como tú, Chucho,
quisiera ser perro bien cuidado como tú.
Y aunque no sabes leer, sí que sabes escuchar,
tu colita de rehilete se emociona
y yo también, al ver tus ojos limpios,
brillantes, de perro feliz.
Salto de página
Despedida
Cuántas maletas.
La mirada última,
atrás.
La última mirada
se adivina,
un gesto es la señal,
Sus pasos avanzaron
sin mi cuerpo,
sin el suyo.
El adiós
no tuvo aplausos.
A veces estás tú,
frente a mi cama,
pero no eres tú,
y eres tú:
Desapareces.
Salto de página
Cuerpo
Urgente mi cuerpo exige:
Acaba,
muerde,
corta,
quita.
Las demandas siguen.
Dame más de tu
interno ser,
dame más
y te daré
mi abrazo,
mi arrebato.
Mi cuerpo:
tan distinto
a mí.
Salto de página
Sutil
Cuando tomo de su boca,
acomodo para el máximo placer
la comisura
de mis labios.
Cuando estoy a punto
de decirle que no hay problema
la satisfacción
de un cometa
llega
de repente…
Estalla.
Cuando las horas se deslizan
en su bajo vientre
me vienen
ideas aritméticas.
Cuando lo beso
escucho
incalculables.
cantantes
no nombrados
…todavía.
Salto de página
Resbalo por mi tarde
Resbalo por mi tarde,
por tus veinte inocencias,
por tus nuevas emociones,
por mis veinte pesadillas
conocidas.
Camino por tus noches:
sonámbulo.
Saludo
el insomnio
en que
nos
reunimos
sin
saberlo.
Salto de página
Dioses
dioses del laberinto de Padua
dioses antiguos
cercanos al temblor de las horas
contiguos
lúbricos
cómicos
alternos
de la gran tempestad
momificados
extintos
de la gran libertad de cátedra
azules
del ocaso
del infierno
del silencio
de la amargura
de las torturas
de los encuentros
de los desagradecidos
dioses en las tumbas
dioses en los pasos a desnivel
dioses de los perros
dioses convulsos
sin carne
dioses de espíritu
detenidos
perversos
asexuados
dioses que caminan
…dioses mudos
Salto de página
Ellos, los amantes
Se miran los cuerpos
por la mañana,
durante el desayuno.
Comparten
las horas,
el sonido
de los cubiertos,
los enojos,
la acumulación
de ansiedades
de uno y otro
lados.
Se enojan,
pero se callan.
Se miran,
se insinúan,
están al tanto
y no…
—ya se sabe…
tanto.
Nunca se entienden
del todo.
Ellos, —tan nosotros—
se miran,
vacilan,
se adoran,
se dejan,
se escupen,
regresan,
se besan.
Se dejan porque se aman,
se aman.
Entrelazan sus piernas,
—entrelazamos nuestras piernas—
sus brazos,
—nuestros brazos—
sin pensar.
A veces ellos,
—nosotros—
quieren irse
no sé a dónde…
solos.
Se hacen pedazos,
pedazos.
Se olvidan
De los cuerpos,
por la mañana,
por la tarde.
Se reencuentran…
—ya sabemos.
Duermen desnudos,
desnudos.
Es la noche.
Sus brazos,
sus piernas,
sus caricias.
Duermen.
Se olvidan.
Sueñan:
con otros cuerpos,
brazos,
piernas...
Despiertan,
Se despiden,
se besan.
Piensan que se aman.
Se aman…
—nos amamos.
Salto de página
De Liverpool
Escuchaba Penny Lane
y un dulce de mango y ciruela
siempre la sorprendía,
pero ella no sabía
que no sabía.
Se asomaba con la cara roja.
Se servía unas copas
con sus manitas de Chanel
número Cinco.
Se mordía las ganas
de silbarle al policía
barbudo
de sus sueños
de adolescente
lujuriosa…
Se diría que tiene mucha suerte rara
porque anda dando saltos por la vida
fácil
y no quiere
saber
nada
de epitafios
ni compañías
-sanas o no-
que la vuelvan loca.
Un misterio de columpio vino a su
cabeza
de trapecio incómodo,
-todo de repente.
La vida se le vino encima
y también la edad.
Tantos años,
tantas gotas de
perfume.
Nació en Liverpool
y todavía escucha
Penny Lane y otras viejas
canciones de cereza
y miel.
Salto de página
…de animal fogata
Un cuerpo que reposa
y late
gentil,
un cuerpo puro.
Una mirada
de perfume lento
de dolor a solas,
de entrega
generosa.
Una mirada
sorprendida,
arrebatada
por la risa.
Mirada
de animal fogata,
de labio suave.
Mirada
de apacible
estar.
Te quiero,
ya lo sabes.
Salto de página
Ellos
¿Qué hacen ellos?
¿cuando llega la noche, qué hacen?
Yo sueño con tu sueño, con maletas.
Nos vamos, con maletas,
nos vamos, con maletas.
A una playa
desierta.
Nos besamos.
¿Qué hacen ellos?
Cuando llega la noche no dormimos.
Cuando llega la noche,
a veces, nos dormimos.
Cuando llega la noche,
a veces, no dormimos.
Ellos ignoran el sueño, nos ignoran.
Yo no recuerdo el sueño de mañana:
El de una rara foca, una ventana,
un tren, una escalera,
una calle, un edificio,
un adiós, una maleta,
unos papeles. Mi ropa
limpia, mis recuerdos de niño,
mis pantalones sucios,
mis alimentos de mañana.
¿Ellos qué sueñan?
Los miro entre cerrojos,
tienen dientes filosos.
Son noticias raras
en el mapa de mañana.
No se duermen.
Viven con los ojos desnudos,
con los ojos rotos,
no de cristal,
son ojos muertos,
alterados,
ojos asesinos.
Sus ojos, sus miradas, sus deseos
matan, aniquilan.
Mis sueños insisten:
Trenes, barcos,
Vuelos, nubes.
Los sueños míos son los sueños míos...
Sueño contigo,
Contigo en cada sueño, en cada vuelo.
Mis alas van contigo. Recupero el aliento
En cada vuelo de ti,
En cada vuelo.
Tú eres mi sueño.
Lo demás es lo demás.
Los sueños de otros son noticias
de cadáveres, de inciertos porvenires,
de violencia, de sangre.
Sueño con vos, mi amor,
sueño con vos, con el amor enorme
que me hace despertar cada mañana
sin ellos y contigo.
Salto de páginaUn ángel conocido me escribió un poema esta mañana
Cualquier revelación es inútil.
Los latidos de mi corazón son ignorados.
Cómo escribir, sin pausa, sin lamentos, sin olvido.
Mi voz se esconde como cada tarde cuando las batallas se han cumplido.
Los tallos de una flor tienen deseos impensables de surgir alados
como un ángel que no encuentra ni su casco ni sus alas.
No hay corazón, no hay búsqueda, no hay miserables sentimientos torturados.
No hay masacre, no hay muerte, ni excesivos devaneos.
Mis alas de mortal se esconden en tu esfera ardiente.
Mis Ángeles de hoy, atribulados,
no dan noticias de verdades
absolutas.
Soy una voz que busca el cielo de tu vida,
soy un Ángel que espera a ser llamado.
Soy un mortal que se niega a ser Condena,
soy yo, soy Ángel torturado en esta Tierra.
Ya no más quiero de este mundo, ya no más.
Ya no más quiero,
ya no más.
Esta tierra atribulada de cadáveres inciertos
es tiniebla sin fin.
En esta codiciosa fábula mal contada, mal dispuesta,
me surge a veces la voz, furiosa,
o me quedo mudo
sin encontrar sentido
alguno.
Me iría, pero espero
espero,
espero el fin,
el fin que nunca llega.
Nunca llega.
Salto de página
Luz: Tú
Es un estado de ánima
de ánima.
Es un estado de cuerpo
de cuerpo.
Es mi necedad,
eres tú.
Me duele el espíritu,
me dueles tú.
Mi esperanza grita,
grito Yo
Mi cuerpo se despierta.
Mi cuerpo soy.
Yo.
Mi cuerpo grita.
Mi cuerpo no eres tú.
Mi cuerpo, mi vida, tú.
Siempre mi cuerpo, siempre yo
y a veces tú.
El dolor de mi desesperanza no eres tú.
Mis esperanzas son ciegas, como es habitual.
La luz eres tú.
Tú eres real,
siempre has sido
tú.
Salto de página
Saturno estalla
Viajo en metro, más allá de cualquier estación.
En el elevador, un hombre desnudo.
En el piso, niños y alacranes blancos alados.
Me sostengo en el aire.
Una locomotora sale, humeante, del fondo del mar.
Me baño con la ropa puesta.
Un conejo empolla un huevo.
Mi espalda toca el techo,
lo observo todo:
floto.
Entre los invitados a una fiesta:
¡El mismísimo Rey de Inglaterra!
Un enorme avión se detiene en el aire:
Se parte en dos pedazos;
cae.
Todos hablan del suceso con entusiasmo.
A rellenar los cadáveres con flores.
Muertos felices.
Monto a caballo.
En letras grandes:
ETIOPÍA…
Letras de sueño.
Sueño.
Salto de página
Encuentro
No busqué en los detalles:
solo vi lo que quise ver.
La imagen amada se puso en ti.
Mi anhelo, mi recuerdo, mi fantasía,
mi obsesión, mis múltiples miradas,
mis deseos diversos,
se pusieron en ti.
Cuando te besaba,
pensaba en otro rostro.
Sumergido, me encontré con tu cuerpo.
Tu cuerpo en mi respiración ilimitada.
Pensaba en alguien más:
Eras la Otra imagen.
Eras tú,
pero eras otro cuerpo.
Eras el instante.
El mensaje me llegaba apenas,
eras otro ser,
y eras el cuerpo que deseaba.
No eras el cuerpo que sentía,
eras otro cuerpo que no estaba,
y era todo perfecto.
Fuiste la fantasía realizada.
Sonreías.
Sabías.
Lo sabías.
Me llevaste muy lejos.
Me encontré con mi deseo.
Ángel tú:
Mi hermoso
Encuentro.
Salto de páginaMe dejas
Sin tu mirada
Con tu mirada
Con tus ojos
Sin tus ojos
Con tu olor
Sin tu olor
Con mi deseo
Sin tu deseo
Con tus labios
Sin mis labios
Con tu mirada al allá
Con mi mirada a ti
Con tu cabello
Con mi sonrisa
Con tus diecinueve
Con mi alegría
Con mis anhelos
Con tus deseos
Con tu belleza
Con mi deseo
Tú
Tu lejana actitud
Tu mirada al infinito
Tu encuentro con el infinito
Acaba
En el preciso lugar
Donde
Estamos y estaremos
Siempre
Salto de página
Fotografiar al toro
Detenerse.
Tomar al toro
con mis ojos,
detener el vértigo,
detener al toro,
fotografiar al toro,
tomarlo en su ceguera,
mientras bufa.
Corre,
viene hacia mí
y lo detengo,
con un parpadeo
cancelo el vértigo:
a la luz invito.
Miro mi ser interior,
me escucho:
el silencio llega,
la paz, la luz,
el instante detenido.
El silencio incluye todos
los ruidos,
detiene el vértigo,
estoy cerca del ruido,
pero ya no lo escucho,
llega la paz,
llega la luz…
El silencio
al fin.
Salto de página
Aldebarán
Aldebarán es,
a veces,
una estrella
y,
a veces:
Es un puñado de equivocaciones.
Un barco.
Una conspiración.
Un discurso.
Un amasijo de torpes elucubraciones.
Una luz.
Un signo.
Es solamente una palabra.
Salto de página
Otra casa
Nuevos colores en el piso.
Las líneas de mi mano
han formado nuevos capítulos.
Las dimensiones de la casa
ya no son
las mismas.
Se han abierto nuevos túneles,
nuevos pasillos,
otras habitaciones,
¿Quién vive aquí cuando yo no estoy?
A qué calles dan esas ventanas.
Nuevos colores
en las paredes,
otros cuadros,
otras puertas.
Torpe,
empujé la puerta
de madera fina.
Vislumbré su saludo.
Un gesto
de alguna manera
conocido.
Mis pasos avanzaron
Firmes.
Fue la primera
de innumerables batallas.
Salto de página
Para tu piel
Para tu piel:
alado mío,
tuyo despierto.
Aliado tuyo,
despierto al lado tuyo.
Despierto alado yo también.
Para ti,
para encontrarte,
para mirarte,
para besarte.
Para tu piel es mi boca,
para tu piel mi fascinación,
para tu piel mis días,
mis noches,
nuestras noches y días,
nuestros somos.
Mío despiertas,
tuyo soy.
Salto de página
Vía látex
Cuna de látex,
mi membrana tiembla.
Suelta la carne,
tapa el orificio que coagula el semen.
Esculpe ahora
con un fino bisturí.
Mundo de látex,
las palabras salen del hueco más profundo.
Aquí todos tienen hambre,
aunque nadie tiene tiempo.
El lugar está abierto para que la imaginación llegue
y nos toque por detrás de la cabeza.
La infinidad de lámparas me agobia
me aflige un ojo, me inyecta.
Y la Muerte dice:
—¿Quién te cuidará,
Ángel que nombras cada estrella con un nombre equivocado?
Abre tus alas, pequeño, soy pecadora
y me voy a involucrar contigo.
Dame una gota de tu más interna tibieza.
Haré que rías,
te llevaré a un estanque,
dulce tumba para ti,
futuro pez alado que volarás conmigo donde quieras.
Y luz
la Vía Látex.
Salto de página
El momento más íntimo
Es hora de olvidar, de estar a solas
conmigo,
es la hora del sueño.
Salto de página
El tiempo
El pasado opera de maneras extrañas;
el presente es todavía más misterioso.
Salto de página
Decisión
Frente al espejo sonrío.
—“¿Soy de la misma materia de los sueños?”.
Mi cara es la misma
y no es la misma.
Soy el rastrillo.
Soy el movimiento.
¿Mi rostro es mío?
¿Y qué haré para salir?
No te verán, no te verán.
Eres una calavera.
Salto de página
...de movimiento azul
y verde
y luminoso.
He aquí el Pez el Hombre el Cuerpo la Piel
el MOVIMIENTO.
Salto de página
Derriterios
Carne dispuesta a la llama, a la ceniza.
Carne hinchada de humores…
Va a reventar.
Y listo a quitarte el tenue pellejo,
yo también me desenfundo.
Y me da fuerte.
Y me llevo la cabaña al comedor.
Y como una sandía que se escapa sin querer dejar huella
de su carne roja,
nos hacemos derriterios…
¡Y cómo arde!
Salto de página
En tercera
Ellas desearían ser sabías.
Ellos quieren ser distinguidos.
Él quiere salir en el periódico
y tener buena conciencia.
Ellas sueñan con un guía,
nosotros teníamos uno.
Él no quiere ser identificado.
Yo tengo un miedo mórbido a volverme ciego.
Ellos tienen lúbricas elucubraciones
todo el tiempo.
Ella se quiere morir.
Él está muerto.
Salto de página
Griegos
El viaje ha terminado y
los desechos son desiguales.
Sin entender el modo
comenzamos a sentir un nuevo pantalón entre las piernas.
Nada más amable que una tertulia sin causa.
Mis amigos están dormidos a mi lado.
Los griegos
ya no son capaces de sobrevivir.
Salto de página
50 OBSCENIDADES 50
1243 razones para esquivar y para robar
a las mismas esqueléticas turbas…
Las 243.
5000 veces mierda comme il faut.
300 parejas acosadas con vitriolo.
También, gas letal para algunos.
20 verrugas hinchadas y 2 más
en la piel ajena.
Servirían 302 agujas para 50 vergas 50.
Y si no se permitiera una calvicie torpe,
me gustaría arrancarte el pellejo
con espátulas,
tijeras,
corta uñas,
50 centímetros de hilo
dental…
y una gota de cianuro.
Salto de página
Arde
Arde tímido,
ciego sin ira,
que te asaltan las rameras
—y cada limosnero
Te piden emociones mínimas
los incrustados babeantes,
los prisioneros de ciudad mancha
la segregación del amasijo,
el cochambre,
el sebo,
la carne dura,
sin esperanza
sin sabor,
sin savia.
Arde.
Salto de página
La barda
Ufanos días de certezas adolescentes,
días de tardes líquidas,
en todas direcciones
se detenían
complacientes
como si fuera una costumbre.
La colosal antena de emociones
cambió de ruta.
Nos fuimos todos
sin pensar en el último precipicio,
en el último salto.
Ellos saltaron.
Salto de página
El aviador experto se queda atrás
Algunos vapores me trastornan:
La voluntariosa selva pálida
converge en su altura medieval,
se estira, elevación difuminada.
La espera salta;
dominan las siluetas:
es un instante de luz.
Distinguidos locos
de mareados horizontes
explican a las Ostras
la disponibilidad del viento.
Emisarios
de la vida ligera,
magra y especulativa,
se aletargan.
Meridianos que alguna vez
se entretuvieron en abortar
el viaje,
se embrollan.
Es la embarcación lodosa,
la botella sincopada
de lama emputecida.
Es el Cielo convertido
en colmenas rebosantes
de cangrejos
gelatinosos.
El aviador experto se queda atrás.
Salto de página
Oración uno
Altar de ramas,
vamos a coronar las sombras.
Tareas difíciles nos esperan
en los infiernos postergados.
Son:
el síncope de tordos, las mujeres fábula, las regiones niebla,
el cáncer del cielo.
Salto de página
24000 veces
Indios verdes, Cocoyoc,
Sanborns…
¿gladiolas?
Venustiano, San Miguel
Mártir…
¿Coronas?
El Emporio, Tlatelolco,
Benito Juárez, la Sirena,
Xochimilco, las Flores…
¿24000 veces Madero?
Pero el azul cobalto
del viaducto Alemán
me quema.
Peces que vuelan sobre el concreto,
mi esperma por primera vez voló
por las avenidas rancias
del Periférico.
Salto de página
Bucéfalo
Bucéfalo, torpe amigo,
miríadas de veces
recorren
tu piel negra.
Las hormigas,
furiosas orquídeas.
Los ríos se tiñen de rápida gloria
—no la mía.
Conozco su mirada mineral,
su mando sin emociones,
cantado melodrama,
sin torpes canciones de guerra.
Mordiente,
nacido por mí,
para mi desgracia,
el enemigo
me aniquila:
Está en mi casa.
Salto de página
Hamaca
También “del verano”,
islas desiertas.
Ambientes de luciferinos sones.
Destacan amapolas
cultivadas
por la industriosa
pareja de pescadores:
Pablo y el de sombrero
de ensalada.
Casa de pan,
noche de albahaca.
Hundidos en el océano,
los buscadores de noticias,
borrosos de tanto llorar,
la espera,
se alambran,
rebautizados.
Son, ahora,
consumidores
de madera vieja;
son animales
de piel grasosa.
Ven llegar cada mañana,
cada hora,
tan lejos de Greenwich,
tan cerca del hielo,
sin que la impaciencia
los devore.
Salto de página
Monasterio marino
A la cita inevitable
la ilumina tenue
la llama verde.
En la breve Nave
satisfago saladas imaginaciones.
Me llevan.
Derribamos el orden, el de afuera.
Celebramos:
frágiles y acorazados,
ávidos y atrevidos,
sucios y gozosos,
históricos y desgarbados,
inesperadas revelaciones
y conocidos
muy viejos.
Los mortales contemplamos la gloria,
la nuestra.
En la más insoslayable
sesión de miradas,
se ahoga y desahoga la cofradía
de miembros.
Como clásico matiz
un tercero sale.
Dejo el mundo.
Salto de página
De alabastro
De alabastro a dúo
luz enjuta sin frío.
Libre marmota en hielo; no calor,
no Camino.
Sólo contemplo las aves azules,
sus párpados de mirada hueca
se asoman por ventanas de inocencia súbita,
aladas como las escamas de una misma
nueva especie
marina.
En sus cabezas de medusa
se distingue una silueta de alucinógena hembra.
Un macho cabrío teje sus lamentos.
Jeremías resucita.
No hay destino.
La desesperada Fuente dice:
aliento llega...
La misma sensación marina se vuelve de nuevo azul.
Me desenfundo una vez más en este acantilado
lleno de peces
imposibles.
La colonia.
El arrecife es vital.
Es redondo
como un suspiro.
La memoria de tantos oleajes me dice:
agua viva, agua viva.
Más que una rosa virgen,
elemento de dios,
agua invisible.
Si el tiempo tiene números,
dejémoslo correr por donde sigue...
Yo tengo un hijo nuevo
que se baña en las fauces del milagro
que desata sus ojos infinitos.
Ése fue el primer verso,
pero no estaba escrito de ese modo.
No podría describirse.
La naturaleza insensata
de su ritmo
se mueve
y se mueve
sin embargo
como una gota lúcida.
Se mueve
en el río y la ciudad.
Las voces del río me alcanzan
y los sonidos del ave se acercan.
Los mismos que conocí hace poco.
Un vuelo,
un albatros,
un albatros vivo.
Una U que llega y me marea...
La muerte está desnuda
inaugurando feliz cada principio
sólo se viste con su capa
de diosa
para enlutar la gloria que posee cada fin:
No merezco la latitud hinchada de su nombre;
no me explico la inmaculada fe de un parpadeo.
Los oídos me estallan.
Cada letra escuchada
me recuerda otros tiempos.
Tiempos menos fortuitos.
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PRISCILA
SE SIENTE CLEOPATRA.
ME MIRA, ME MIRA.
PLATICA CONMIGO,
ME MIRA, ME MIRA.
SE SUBE A LA CAMA,
ME SUELTA SU COLA.
LA GORDA PRISCILA
ME MIRA, ME MIRA.
SE PONE SUS CREMAS,
ME LLEVA A LA CAMA.
POLVEA SUS NALGAS.
LA GORDA, LA GORDA,
SE RIE Y SE CALLA.
SE PONE RUBOR
Y SE UNTA LAS PATAS.
ME CANTA CON FUERZA,
LA POBRE ES MALSANA,
Y HABRÁ QUE CUIDARLA.
ES LINDA Y ES FRÁGIL.
SE MUERE DE AMOR,
SE MECE, SE MECE…
CUAL GATA, COQUETA,
ME UNTA MENJURJES,
DE SAVIA, DE COLCHA,
SE LLAMA CRISTINA,
SE DICE PRISCILA,
SE VUELVE UNA ESCLAVA,
DE LUCES Y ESTRELLAS.
QUIERE SER MUCAMA,
SE VISTE DE ARMIÑO.
QUIERE SER MODELO,
LAMENTA SU ESTAMPA,
SE CUBRE LAS CANAS,
YA ES UN POCO VIEJA.
¡QUIÉN QUIERE COMPRARLA!
POR LA QUINTA COPA
DE CAMA TRAS CAMA,
DE ORILLA EN ORILLA,
LA GORDA CRISTINA,
PRISCILA, PRISCILA,
MUCHACHA O MOFETA,
SE VISTE DISCRETA,
SE ESCUCHA SU RISA,
ESTRELLA DE MODA,
LA GORDA PRISCILA,
SE COMPRA UN MARIDO,
SE VISTE DE RUBIO,
SE PINTA LAS UÑAS,
TACONES DE ESMALTE,
DE TONOS SIN FIN.
SU CUELLO ARRUGADO,
NO QUIERE SER VISTA,
SE MUERE DE ASFIXIA.
LA GORDA NO ES GATA,
NO ES BELLA, NO ES FLACA.
SE MAQUILLA LINDA:
SE HOSPEDA EN UN CERILLO.
SU VIDA ES UN RESPIRO,
SU CUERPO, UN ATAÚD.
Salto de página
Funámbulo
Después de haber dejado
la corbata
camina por la sala.
Da el segundo paso;
retrocede
avanza.
Da el siguiente paso;
luego, el último.
Salto de páginaA los amigos
Es territorio fangoso.
Detrás del Escudo vive
un ámbito de peces,
refugio de coral.
Luminosos amigos
nos esperan.
Salto de página
Ilusionista
Se puso la chistera;
sonrío a su imagen;
retocó el bigote;
abrió la puerta:
salió.
Después de los aplausos entró a su camerino;
se quitó la chistera y la puso encima de la cama.
Los aplausos seguían a lo lejos, insistentes.
El espejo, complacido,
lo miró,
para siempre,
por última vez.
Salto de página
De bruja
De bruja, corcel de bruja quisiera.
Te invoco bajo el nombre de la más puta.
Sales de la persiana, puta de todos los cerrojos.
Tu nombre no es Alberta, no es Beltrana;
sin camisa hueca te hueles los sobacos,
enredada en sandalias de pátina roja.
Josefina horrorizada te observa
a ti
en tu mala casa de bestia
de chancro blando.
Bruja de la puerta,
de todas las puertas subterráneas.
Sin engaño subes con toda la noche.
Lizbeth que me quiere hipnotizar y luego flagelar,
oh, Cerda.
Te nombro con todos las horas que vendrán,
muy putas,
¡Lizbeth!
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Marino
La estrella estaba muerta.
También
el pescador
que nunca se
ENTERÓ
del pronóstico del tiempo.
Salto de página
De quién
De
Nada.
De dónde,
eh!!!
Dime.
Mezclados doy,
di,
dardos desnudos.
Debes,
Don de duendes,
darme la de todos
los de débil dinastía.
De adelante, donde duele, dame.
¡Dame!
¡Demonios!
¡Diablos!
¡Déjame decirte!
Decía.
Ejem.
Debes,
Tú.
¡Debes!!!!!!
Doblemente:
decidirte:
Deja sordos ademanes,
digo,
de dura,
dudosa procedencia.
Dando de todos modos
dobleces terminados,
de dichas decenas de diamantes,
días encendidos,
despedida despacio
quedo diré,
desde dentro:
desdén…
DESDÉN,
Sí:
DESDÉN
desdibujado.
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Limón
La fría paleta de limón era un estorbo,
el sol se había derretido.
Salto de página
Alba vital
Viene Alba vital con la espera de un alivio.
El viento, en las cortinas.
El mar, atento a la duda,
a la traición,
al sueño
y al olvido.
Salto de página
La hora
Salió de su casa.
Pensó que subiría al autobús.
Corrió.
La señal fue notoria,
simple.
Lo atropellaron.
Era previsible,
necesario
sin duda.
Salto de página
Albatros viene
Es del color de la cera
y no cuenta las horas.
Tiene la sonrisa de un tumulto
en llamas.
Atento sonrío a su caudal de razones
a sus fabuladas nuevas,
a sus Aleteos de locura.
De albatros viene
de amorosa E
de amorosa U,
en pleno vuelo.
A tiempo,
desde luego,
se marea,
se disgrega.
Gesticula.
Sin resistencia,
desvaría.
Conviene a su estatura
la risa y el gesto del Clown.
Desciende despacio...
desde la magnífica estatura de sus alas.
Profundo tu aliento:
sin aliento me dejas.
Sucumbo tartamudo.
Sí, y más tu vientre.
Alba Atroz,
Albatros.
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Definitivo altar
La esencia de un perfume:
Altas olas (definitivo altar).
La flecha se aventura al cielo.
Fresco pino,
estremecedor anhelo.
Un río:
una sonrisa de manzanas de aceite,
de atardecer
redondo.
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Señales
Señales llegan.
Luz salada.
Y se despereza,
eterno, el Animal,
el mar, en olas.
Señales lejos.
Mapa inútil, sin lágrima:
el caparazón de la tortuga.
Señales sin sueño.
Danza inicial, Iris cretácico:
sombra de ropajes tintos.
Señales soledad.
Ventana sin afuera:
Los dioses, jeroglíficos,
se asoman.
Señales al final
La sonrisa fósil del insecto
se hace sol,
luz total,
rotundo rojo.
Salto de página
¿No te gustó?
Mientras tengo la boca
pegada en el espejo
escucho el radio
shu shu garaluz.
Mis ojos grandes.
Apago la luz y la pupila
abierta,
enorme,
se inunda.
Prendo la lámpara…
Ni una lágrima.
Yo.
*
Salto de página
De los leones
Recorro las ermitas mutiladas,
las capillas de vahos y lamentos musgos.
El aire se confunde y me entretengo en poseer
la visión de los que vienen:
soy de ellos, somos nosotros,
carmelitas desnudos.
Levitamos.
Monje de ayunos, de cilicios,
tu sola mano me lleva, a mí,
discípulo sin fe,
por líneas curvas,
jardines, techos, campanario:
barco en ruinas.
Es la primera batalla del viento,
en mar remoto,
y gana Bruma.
Sobre la bóveda arenosa de la ermita:
el caracol marino, la estrella, el pez:
Desprevenidos todos.
―Detrás de los manglares turquesa se oculta
Satanás,
me dice el monje.
―Soy Ehécatl, me dice un soplo:
—Presagio mil aires;
soy pájaro cáncer,
temblor de templos.
Los monjes me miran con sus ojos rotos.
Perforación de un cráneo,
el mío:
no soy,
no,
no soy de ellos.
Convento precipicio,
no despierto.
Me sale en fosa-menta el alma.
El agua en este mar convento es un brebaje anfibio.
Monje espurio, tampoco soy azteca.
Con venas saladas, me mareo.
Tras súbito vuelco, sin espanto,
crepito en ola…
y casi no distingo
a los monjes sin sus anclas y sus vergas,
sin sus mástiles,
sus velas.
No acudirán al arribo de los dioses del oriente,
o dios,
ni yo tampoco.
Cuando alcanzo a vigilar las carabelas humo,
los follajes luz, gris perla,
miro pared, tapiz, lámpara,
y ese no soy
ya no
no lo aseguro.
Salto de página
Celebración mandarina
En el espacio sin sal asistimos
al triunfo contra la seda maligna,
el que se come frío.
Lágrimas tardías quieren arruinar mi vigorosa fiesta.
De severa especie,
la artesana, urde ahora disculpas vanas.
Prodigio del trópico,
hilarante autora de su propia ruina,
no me podrá vencer,
ya no,
maldita Araña.
Salto de página
Acá va la vida
Acá va la Vida.
¿Acaba la vida?
¡Acá va la vida!
Acá sigue la vida.
Acábala,
Vida.
Acabala vida.
Acá
bala:
vida
¡Ah, cava!
La vi.
¡Da!
Acá va.
La vi.
Da.
¡Ah Cábala!:
¡Vida!