martes, 22 de octubre de 2013

Sol abierto

Sol abierto,
mar veloz,
luna golfa.

Los vastos territorios
salados
me incendian las pupilas.



Mar alado, luna hueca, sol instinto.

Volátiles camastros
sobresalen de las olas
y tienden sábanas frescas
bajo cúmulos de estrellas.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Galaxia y dios



 

Un poco de polvo en la pantalla es la galaxia.

Un poco de azar en mi mente, el universo.

Un poco de distracción es la muerte.

La muerte es un poco de polvo en mi cigarro estéril.

Mi mancha de semen es un coágulo de planetas nuevo:

una galaxia.

El universo es un dedo que tocó la pantalla inmóvil

Y llena de luz.

 

Dios es un iluso que no sabe matemáticas.

Un iluso es alguien que sabe que Dios es un idiota

que creó a los chicharos en una vaina.

La creación es un don de acontecimientos estériles idiotas,

sin sentido.

El hombre es un parásito que se come los chicharos

que dios hizo muy torpemente.

La torpeza a veces da muchos frutos: a veces

frutos maravillosos:

maravillosos frutos.

 

 

jueves, 22 de agosto de 2013

PROMETEO DOS


 

PROMETEO DOS


Ya no voy a nadar y los ceniceros están llenos de odio

consumido.

Ya los mismos relojes dan las mismas horas y espero

las noticias de muertes

de seres queridos

cada vez que suena el timbre

de un teléfono.

 

 

Mis agotadas venas están llenas de sangre

enferma.

Mi reloj referencial,

el que me despierta cada mañana aunque sea domingo,

me dice que hoy no moriré,

pero tal vez mañana o dentro de unas horas...

O acaso antes de que termine de escribir estas líneas.


Mi muerte está programada, no por mí,

ni por mis ciegas esperanzas,

sino por el diagnóstico feroz que me obliga  a dejar

mis papeles en orden, y mis impuestos, todos, pagados.

 

Ya el cigarro último, de la última cajetilla está consumido.

Todo está consumado.


Espero horrorizado la llamada de la muerte, la de otros.

La mía la conozco desde hace tiempo.

Soy Prometeo y solo espero que los hígados, los míos,

mi hígado,

le causen un malestar inenarrable a esos buitres,

buitres,

a esos malditos buitres que no han acabado

de saciarse con mi sangre

y mis delirios.

 

Por lo pronto sigo respondiendo mails,

entrevistando paradojas,

inalcanzando el Everest.

Sigo en lo mío:

tratando educadamente de no pisar al Otro,

o demostrarle a la susodicha de cuán vileza soy capaz

cuando me enojo, o me harto.

 

Sigo en la estructura de una amabilidad incierta

y una inteligencia desbordada

que no sirve para maldita la cosa.

 

Me voy de vez en cuando a mis baños de pureza

y me encuentro sano y lujurioso con la espuma

gratificante de mis encuentros

y de mis orgasmos.

 

Vivo para mí.

Soy un Prometeo egoísta, rebelde,

cauto, silencioso, bullanguero, irónico

y altisonante.                                      

Me da rabia el país

y el mundo,

pero se me olvida la rabia  y el mundo entero

y me duermo plácidamente cada mañana

 y cada tarde y cada vez que puedo.

 

Me duermo cada vez que lo consigo y olvido.

Me gusta dormir y olvidar.

Mañana moriré de tanta eternidad y tanto olvido.

Soy un enfermo que tal vez muera mañana o tal vez no muera nunca.

Me convertiré en roca de tanta pereza que me causa el mundo.

Moriré, ya lo sé dentro de un instante.

Ya muero, ya.

Soy tan feliz.

Soy.

Era.

 

viernes, 16 de agosto de 2013

El solsedesvanece


Elsolsedesvanece

 

Él estaba inquieto.

Lo habían insultado.

 

En el tiempo en que pensaba:

lamentaba los castigos, la furia

y el tormento diario.

 

Los oscuros rayos del Poder

habían acabado con su paciencia.

 

Está encadenado y padece su sentencia.

 

Muchas voces ruegan

por su liberación.

 

Tantas voces en contra

y otras a favor…

 

Algunos quisieron llegar a un pacto.

 

Se trataba de pensar en el futuro común.

 

Henos aquí:
Dictaminando sobre tantos males

caídos en la Tierra y en el Cielo.

 

Has hecho mucho daño
y te será dado el continuo tormento

por tu soberbia y rebeldía.

 

Yo estoy conforme.
Me siento aliviado porque conozco el futuro,

Y habrá una luz que vendrá a liberarme cuando menos lo esperen.

Pasó un año y no hubo nada.
Pasaron milenios…
y un insecto disecado
se convirtió
en metáfora de alivio:

Una víctima y un mito, llegaron.

El Héroe ya cansado de tanto esperar,
se mostró ingenuo y esperanzado.

¿Era el tiempo de la paz y de la muerte?
¿Era el tiempo de la libertad y del gozo?

No.

Es el tiempo del olvido.



Te has dedicado tanto tiempo a esperar…
Tanto tiempo en imaginar futuros…
Tantos despertares pensando en otras vidas…

Y la vida se ha convertido en roca,
en días iguales,
en tareas inútiles,
en mundos paralelos
en los que harás siempre lo mismo,
siempre lo mismo,
siempre lo mismo.

Despertarás en el abismo, pero,
ése será para ti un lugar a flor de piel.
Tus amigos serán los incautos, los despistados,
los ingenuos:

Ya de antes los habías
conocido.

Serás Flor y desgracia.

Llegarás tarde.

Tendrás amores hermosos,
y amores de unos cuantos segundos.

No Morirás del todo.
Regresarás a la misma
tumba,
y resucitarás infinidad de veces.

Ahora eres tú,
Y te preguntas por el destino final
de tantos días.

El destino final no llegará nunca.

¿Estás listo para tu próxima, nueva vida?

Amanecer en el Sol
Amanecer en Venus.
Soy lirio,
Soy un verso.
Renazco como un pensamiento.
Soy un momento en el Universo
múltiple
y quiero morir.

Soy.


















































































































































 

viernes, 9 de agosto de 2013

El instante y el olvido


Trata de convertir un momento especial

en recuerdo.
 

Trata de poner ese recuerdo en un

lugar especial, no importa si es una caja

o un rincón.
 

Convoca a todas tus fuerzas para que el recuerdo no se vaya por un abismo

insondable.
 

Los deseos de que lo vivido sea

revivido intensamente

perdurarán quizá una tarde,

quizá un segundo,

unas horas de esfuerzo.

 

Los recuerdos se van.



A veces no importa si lo vivido

es lo mejor de un encuentro asombroso,

hermoso, inenarrable.

O  si es una tarde perdida en la inmensidad del tedio o del vacío.


Los recuerdos se van, siempre se van.

Se van.

Son frágiles.





Quiero atrapar algunos, quiero revivirlos.

No hay remedio alguno para atrapar instantes.




Los instantes se van como amantes

imposibles.



Los imposibles rostros que nos llegan

a enloquecer de intensa felicidad

se van.



El instante se va.


Se va.



También el horror se va y se olvida.

Qué bueno, es, aveces, tener mala memoria.





Qué hago con una memoria tan frágil,

Qué hago con los instantes que deseo

atrapar y revivir.



El presente es lo único que tiene sentido.



El presente es fugaz y se convierte

en olvido fácilmente.



Soy olvido, soy un buscador de efímeros

presentes.



Soy el presente a veces y siempre

soy el que se olvida,

el que olvida,

el olvidado.




Estoy siempre en busca de ese efímero presente.

Estoy siempre atento para que los instantes me devoren.




Soy devorado por el instante

Y el olvido.

 

viernes, 12 de julio de 2013

ESTOY DE NINGUNO PARA TODOS

Estoy de ninguno para todos
 
 
 
Estoy de tu caminar de amarga miel.
En el árbol aéreo se despide la niebla sólida.
Estoy de ellos ensombrecido como una manzana.
Me resulta el yo de tu aroma pálido un querido
odio que nunca he sabido dejar al aire.
 
Estamos con los otros como los árboles que no tienen flores,
árboles que crecen hacia abajo y a lo lejos.
 
Estoy de ellos,
estamos ellos y ustedes,  todos, menos los perros
que ya no saben cantar en inglés, ni las
las aves que nunca se han atrevido a aterrizar.
 

martes, 2 de julio de 2013

Luz meridiana


Luz meridiana

 

Ya mi sala está lista, ya mi alcoba está plena.

Ya cualquier hora es la hora en que estoy contigo,

Unido y lleno de ti.

Ya estamos los dos con el mismo rostro, la misma almohada,

La misma canción:

Y no me pesa.

 

Ya las horas se hacen una, contigo.

Mi respirar es tu respirar, tus ojos son los míos, mi mente

Adivinada por ti, predicha por ti, enaltecida por ti.

 

Ya los acentos no me hacen falta y las horas pasan quietas

Y las penas se aquietan,

Y los empalagos son tan grandes como la primera vez.

 

Te amo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Mandarina cuántica


 

Ángeles cuánticos
Cánticos cuánticos.

 

Me da risa cuando

elevas tu oración al cielo.

 

Me escurro y ellos me observan.

 

Son rojos y cuando los miro son celestiales.

 

Me miran y no los comprendo.

 

Me llevan una sinfonía de distancia,

y se ríen cuando los quiero retratar.

 

Son rojos y azules al mismo tiempo.

Me enervan,

porque nunca los comprendo, como no comprendo

tampoco a mis peces japoneses.

 

 

Los ángeles son peces,

los ángeles son cuánticos.

 

Se pasean entre gotas de lluvia,

y por los espejos, claro.

También en las estaciones cargadas de miseria

y en los últimos instantes de un orgasmo.

 

Se mueren de risa,

se mueren de tanto

poder que tienen:

endiablados ángeles.

 

No son de aquí, ni son de allá…

Y me tienen cansado con su polvo

de neutrinos,  neutrones

y materia oscura.

 

Oscuros ángeles cuánticos,

menos que un espíritu de muerto

y más que una oración perdida

a tantos dioses que no escuchan.

 

Son los mensajeros improbables de tantas

invocaciones

estériles.

 

Escuchan, sí, pero se van,

muy cínicos, en un revuelo

cósmico.

 

Se van a otras latitudes y están al mismo tiempo aquí…

Y allá,

Y allá,

Y allá…

 

Son eternos y acaban de nacer.

Son planeta y detalle de segundo.

 

No los has visto, pero están todo el tiempo

guiñando el largo y sinuoso

misterio de todas tus preguntas.

 

Ah, se encuentran retratados

en algunas fotografías antiguas,

en daguerrotipos, solo en algunos.


Los puedes ver por segundos

En la mirada inquieta de un escéptico

incauto.

































































































































































































































































































































































 
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