viernes, 9 de agosto de 2013

El instante y el olvido


Trata de convertir un momento especial

en recuerdo.
 

Trata de poner ese recuerdo en un

lugar especial, no importa si es una caja

o un rincón.
 

Convoca a todas tus fuerzas para que el recuerdo no se vaya por un abismo

insondable.
 

Los deseos de que lo vivido sea

revivido intensamente

perdurarán quizá una tarde,

quizá un segundo,

unas horas de esfuerzo.

 

Los recuerdos se van.



A veces no importa si lo vivido

es lo mejor de un encuentro asombroso,

hermoso, inenarrable.

O  si es una tarde perdida en la inmensidad del tedio o del vacío.


Los recuerdos se van, siempre se van.

Se van.

Son frágiles.





Quiero atrapar algunos, quiero revivirlos.

No hay remedio alguno para atrapar instantes.




Los instantes se van como amantes

imposibles.



Los imposibles rostros que nos llegan

a enloquecer de intensa felicidad

se van.



El instante se va.


Se va.



También el horror se va y se olvida.

Qué bueno, es, aveces, tener mala memoria.





Qué hago con una memoria tan frágil,

Qué hago con los instantes que deseo

atrapar y revivir.



El presente es lo único que tiene sentido.



El presente es fugaz y se convierte

en olvido fácilmente.



Soy olvido, soy un buscador de efímeros

presentes.



Soy el presente a veces y siempre

soy el que se olvida,

el que olvida,

el olvidado.




Estoy siempre en busca de ese efímero presente.

Estoy siempre atento para que los instantes me devoren.




Soy devorado por el instante

Y el olvido.

 

viernes, 12 de julio de 2013

ESTOY DE NINGUNO PARA TODOS

Estoy de ninguno para todos
 
 
 
Estoy de tu caminar de amarga miel.
En el árbol aéreo se despide la niebla sólida.
Estoy de ellos ensombrecido como una manzana.
Me resulta el yo de tu aroma pálido un querido
odio que nunca he sabido dejar al aire.
 
Estamos con los otros como los árboles que no tienen flores,
árboles que crecen hacia abajo y a lo lejos.
 
Estoy de ellos,
estamos ellos y ustedes,  todos, menos los perros
que ya no saben cantar en inglés, ni las
las aves que nunca se han atrevido a aterrizar.
 

martes, 2 de julio de 2013

Luz meridiana


Luz meridiana

 

Ya mi sala está lista, ya mi alcoba está plena.

Ya cualquier hora es la hora en que estoy contigo,

Unido y lleno de ti.

Ya estamos los dos con el mismo rostro, la misma almohada,

La misma canción:

Y no me pesa.

 

Ya las horas se hacen una, contigo.

Mi respirar es tu respirar, tus ojos son los míos, mi mente

Adivinada por ti, predicha por ti, enaltecida por ti.

 

Ya los acentos no me hacen falta y las horas pasan quietas

Y las penas se aquietan,

Y los empalagos son tan grandes como la primera vez.

 

Te amo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Mandarina cuántica


 

Ángeles cuánticos
Cánticos cuánticos.

 

Me da risa cuando

elevas tu oración al cielo.

 

Me escurro y ellos me observan.

 

Son rojos y cuando los miro son celestiales.

 

Me miran y no los comprendo.

 

Me llevan una sinfonía de distancia,

y se ríen cuando los quiero retratar.

 

Son rojos y azules al mismo tiempo.

Me enervan,

porque nunca los comprendo, como no comprendo

tampoco a mis peces japoneses.

 

 

Los ángeles son peces,

los ángeles son cuánticos.

 

Se pasean entre gotas de lluvia,

y por los espejos, claro.

También en las estaciones cargadas de miseria

y en los últimos instantes de un orgasmo.

 

Se mueren de risa,

se mueren de tanto

poder que tienen:

endiablados ángeles.

 

No son de aquí, ni son de allá…

Y me tienen cansado con su polvo

de neutrinos,  neutrones

y materia oscura.

 

Oscuros ángeles cuánticos,

menos que un espíritu de muerto

y más que una oración perdida

a tantos dioses que no escuchan.

 

Son los mensajeros improbables de tantas

invocaciones

estériles.

 

Escuchan, sí, pero se van,

muy cínicos, en un revuelo

cósmico.

 

Se van a otras latitudes y están al mismo tiempo aquí…

Y allá,

Y allá,

Y allá…

 

Son eternos y acaban de nacer.

Son planeta y detalle de segundo.

 

No los has visto, pero están todo el tiempo

guiñando el largo y sinuoso

misterio de todas tus preguntas.

 

Ah, se encuentran retratados

en algunas fotografías antiguas,

en daguerrotipos, solo en algunos.


Los puedes ver por segundos

En la mirada inquieta de un escéptico

incauto.

































































































































































































































































































































































 

sábado, 15 de junio de 2013

Haz una Lista


Haz una Lista

 

Dibújame como el mar en un viernes

de tormenta.

Dime si los azules y los magenta se

llevan bien

con el azar.

 

Bendíceme con dos rabietas

mías.

 

Invócame cuando me esté equivocando.

Eso me sucede cada solsticio,

y todos los días.

 

Aguántame un poco cuando veo en ti

todos los milagros conocidos.


Escúchame lentamente

porque por lo general me equivoco

con los adverbios,

ah,

y sobre todo con los gerundios:

Ay, los gerundios.

 

Espérame despacio hasta que den las doce

citas cartesianas para que pueda decir:

Sí.


Cuando se trate de ofertas de fin de semana,

cómprame un paraguas alado

para salir al río,

y llevar algo de cenar

sin demasiadas calorías.










 
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