al final...
La mandarina es un fruto gozoso. No es el tema. Es el pretexto. Contrasta con el negro.
domingo, 23 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
Sueños...
Saturno estalla.
Viajo en metro, más allá de cualquier estación.
En el elevador, un hombre desnudo.
En el piso, niños y alacranes blancos alados.
Me sostengo en el aire.
Una locomotora sale, humeante, del fondo del mar.
Me baño con la ropa puesta.
Un conejo empolla un huevo.
Mi espalda toca el techo,
Lo observo todo: floto.
Entre los invitados a una fiesta:
¡El mismísimo Carlos de Inglaterra!
Un enorme avión se detiene en el aire,
Se parte en dos pedazos,
Cae.
Todos hablan del suceso con entusiasmo.
A rellenar los cadáveres con flores.
Muertos felices.
Monto a caballo.
En letras grandes:
ETIOPíA,
Letras de sueño, de sueño.
sábado, 15 de enero de 2011
La lucidez y los insectos
Los instantes de revelación
Se sostienen en la claridad.
El misterio es descifrable, a veces,
Con la certidumbre del poema.
En un instante
De lucidez,
Me poema la poesía,
Me responden las palabras.
Las palabras me descifran,
Yo descifro a las palabras…
Pero de pronto un insecto camina por mi mano,
Y no comprendo.
La lógica se desvanece:
El misterio del insecto sobre mi mano
Me asalta,
Como los rufianes
Me asaltan
En un taxi.
Mi certidumbre se tambalea,
La lógica no funciona.
Cuando creí conocer
todas las verdades,
Mi mundo se pobló de insectos.
jueves, 13 de enero de 2011
Tú no eras, pero fuiste.
Sólo vi lo que quise ver.
La imagen amada se puso en ti.
Mi anhelo, mi recuerdo, mi fantasía,
mi obsesión, mis múltiples miradas,
mis deseos diversos,
se pusieron en ti.
Cuando te besaba,
Pensaba en otro rostro.
Sumergido, me encontré con tu cuerpo.
Tu cuerpo en mi respiración ilimitada.
Pensaba en alguien más:
Eras la Otra imagen.
Eras tú,
pero eras otro cuerpo.
Eras el instante.
El mensaje me llegaba apenas,
eras otro ser,
y eras el cuerpo que deseaba.
No eras el cuerpo que sentía,
eras otro cuerpo que no estaba,
y era todo perfecto.
Fuiste la fantasía realizada.
Sonreías.
Sabías.
Me llevaste muy lejos.
Me encontré con mi deseo.
Con una palmada en mis manos,
Con una despedida con tu sonrisa de ángel.
Ángel de hermoso cuerpo,
Ángel tú:
Mi hermoso
Encuentro.
domingo, 9 de enero de 2011
Golás, cuento pa los niños.
"Golás" 2da versión
Golás
Nadie en el jardín sabía qué era exactamente Golás. Había brotado de una semilla, eso sí, pero no se parecía a nada que hubieran visto. Era pequeño y de un verde brillante, con un tallo fuerte y ligeramente peludo que lo anclaba a la tierra. Pero donde debería haber una flor, había un par de alas delicadas y cinco ojitos negros que parpadeaban con una curiosidad infinita.
Su presencia no tardó en causar revuelo.
—¿Vieron eso? —cuchicheó una rosa a su compañera—. Tiene tallo, pero agita las alas. ¡Qué indecencia!
—A mí me da miedo —tembló un helecho—. ¿Y si es una de esas plantas carnívoras que te comen sin preguntar?
Don Pino, el árbol más alto y presumido del jardín, carraspeó para llamar la atención de todos. Su voz sonaba como madera vieja y crujiente.
—¡Silencio! Es obvio lo que tenemos aquí —declaró con falsa seguridad—. Se trata de una "planta-plaga voladora". Una especie invasora muy peligrosa. Seguramente se alimenta de la savia de las flores nobles y asusta a los helechos decentes.
Golás se encogió. Sabía que había nacido para volar, no para ser juzgado por un pino gruñón.
—Oye tú, cosa rara —insistió Don Pino—. ¿No tienes nada que decir en tu defensa?
Todos se quedaron mirando. Golás desplegó sus alitas, que emitieron un suave zumbido.
—No soy una planta —dijo con una voz que sonaba como el roce de las hojas—. Soy un insecto volador. Y pronto, me iré de aquí para ver el mundo que hay más allá de esta reja.
Hubo un silencio desconcertado. Don Pino, que se enorgullecía de saberlo todo, no lograba procesar la idea de un insecto naciendo de una semilla. Era ilógico. Como era demasiado orgulloso para admitir su confusión, fingió un bostezo enorme.
—Bah, qué aburrimiento. Me voy a dormir.
Y para su sorpresa, se quedó dormido de verdad, contagiando su sueño a casi todo el jardín.
Esa misma noche, la puerta de la casa se abrió con un chirrido. Gabriel, el más pequeño de la familia, salió con una linterna y un frasco de vidrio.
"La peor tarea del mundo", pensó. "Cazar insectos para la clase de ciencias". Rebuscó bajo unas piedras, encontrando solo cochinillas y una despistada lombriz que no sabía si contaba como insecto. "¿Las arañas cuentan? ¿Y los grillos?". Ya le preguntaría a la maestra.
Decepcionado, apagó la linterna y se sentó en el pasto. Al volverla a encender de golpe para sorprender a algún bicho nocturno, un destello verde capturó su atención. Ahí, quieto en su tallo, estaba Golás.
—¡Wow! —susurró Gabriel—. ¿Una flor que parece mariposa? ¿O una mariposa con tallo? ¡Esto sí que es un hallazgo!
Sin pensarlo dos veces, lo arrancó de la tierra. ¡Zas!
Atrapado en el frasco, Golás golpeaba el vidrio con sus frágiles alas. El pánico lo invadió. Gabriel, al ver su desesperación, sintió una punzada de culpa. Acercó el frasco a su oído y escuchó algo que lo heló. Una vocecita inimaginable, aguda y desesperada.
—Me... ahogo... mis alas...
El corazón de Gabriel dio un vuelco. Con manos temblorosas, quitó la tapa. Golás salió volando, pero su vuelo era torpe y débil. Dio un par de vueltas erráticas en el aire y cayó suavemente sobre una hoja de rosal, temblando.
No se fue volando hacia la oscuridad. Se quedó ahí, agotado.
Gabriel lo observó, confundido. ¿Por qué no escapaba? Entonces, su mirada se fijó en el pequeño extremo del tallo, roto y con restos de tierra. Comprendió de golpe, con esa lógica clara que a veces solo tienen los niños.
—Tenías un tallo... estabas plantado... y yo te arranqué.
Con el cuidado de un cirujano, Gabriel tomó a Golás. Buscó una maceta vacía en el porche, la llenó con tierra húmeda y volvió a plantar a la extraña criatura. Le echó unas gotitas de agua de la regadera de su mamá.
Golás dejó de temblar. Ajustó sus alas y miró a Gabriel con sus cinco ojitos brillantes. No dijo nada más, pero el niño sintió una oleada de gratitud, una calidez que le recorrió el cuerpo.
Gabriel llevó la maceta a la ventana de su cuarto. Se miraron como lo hacen los nuevos amigos, compartiendo un secreto increíble. Sabía que muy pronto tendrían que despedirse, cuando las alas de Golás estuvieran listas para el largo viaje que le esperaba. Pero estaba seguro de una cosa: nunca, jamás, se olvidarían.
sábado, 8 de enero de 2011
De ti.
Me dejas
Sin tu mirada
Con tu mirada
Con tus ojos
Sin tus ojos
Con tu olor
Sin tu olor
Con mi deseo
Sin tu deseo
Con tus labios
Sin mis labios
Con tu mirada al allá
Con mi mirada a ti
Con tu cabello
Con mi sonrisa
Con tus diecinueve
Con mi alegría
Con mis anhelos
Con tus deseos
Con tu belleza
Con mi deseo
Y mi amor
Mi esperanza
Mi anhelo
Tú
Tu lejana actitud
Tu mirada al infinito
Tu encuentro con el infinito
Acaba
En el preciso lugar
Donde
Estamos y estaremos
Siempre.
jueves, 6 de enero de 2011
FOTOGRAFIAR AL TORO
FOTOGRAFIAR AL TORO
Detenerse
Tomar al toro
Con mis ojos,
Detener el vértigo,
Detener al toro,
Fotografiar al toro,
Tomarlo en su ceguera,
Mientras bufa.
Corre y viene hacia mí
Y lo detengo,
Con un parpadeo
Cancelo el vértigo:
A la luz invito.
Miro mi ser interior,
Me escucho:
El silencio llega,
La paz, la luz, el instante detenido.
El silencio incluye todos los ruidos,
detiene el vértigo,
estoy cerca del ruido,
pero ya no lo escucho,
llega la paz, llega la luz
la luz.
lunes, 3 de enero de 2011
Ya todos nos conocíamos de antes
Mis hermanos mayores no sabían que yo era su padre, pero me detestaron desde el primer instante de mi nacimiento y juraban, aunque supieran que era una mentira, que mi madre había tenido una relación intensa con un hombre venido de la costa veracruzana.
Mi hermano mayor me torturaba pues pensaba que yo era el hijo de una relación impropia entre mi madre y un vendedor de medias de nylon.
Mis otros hermanos me miraban con reservas y me hacían notar todo el tiempo que yo tenía los ojos negros, el cabello negro, la piel morena y ellos eran rubios y de ojos azules.
Nunca supieron que yo en realidad era su padre.
Alderabán
y, a veces:
Es un puñado de equivocaciones.
Un barco.
Una conspiración.
Un discurso.
Un amasijo de torpes elucubraciones.
Una luz.
Un signo.
Es solamente una palabra.
Sueño
Hay nuevos colores en el piso.
Las líneas de mi mano
han formado nuevos capítulos.
Las dimensiones del acuario ya no son
las mismas.
Se han abierto nuevos túneles,
nuevos pasillos,
otras habitaciones,
¿Quién vive aquí cuando yo no estoy?
A qué calles dan esas ventanas.
¿Por qué no puedo entrar a esas habitaciones
donde nadie, nunca,
ha dormido?
Había nuevos colores
y todos los poemas que desaparecen
Los de un rostro retratado
con su cara formal,
el de ese instante burocrático, cuando,
a la urgencia del trámite
tomaron entes
atribulados
no tanto como tú
con tu mochila a cuestas
llena de improperios preparados
de últimas rendiciones
no sin aviso de procacidad
mayúscula.
Tu mansedumbre desdeñada
No estaría ya en tus planes
En tu rabia contenida detrás de esa última imagen, la del lunes
Por la mañana
Ésa, en la que, finalmente, después
De tanta ira preparada
Fuiste a dejar en esa imagen última,
La que súbitamente cambió cuando
Lograste el triunfo inesperado.
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Lunita Me llamo Luna. Me encontraron en una llanta. La llanta era mi casa, mi cama, mi refugio. No conocí a mi padre, a mi madre...
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Didn't you like it? Sleepwalking monologue. By Ben Gavarré Followed by two versions of the short story.)) Didn't you like it? (A d...
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