Frente al espejo sonrío. “¿Soy de la misma materia de los sueños?”. Mi cara es la misma y no es la misma. Soy el rastrillo. Soy el movimiento de una navaja de afeitar. ¿Soy mi cara? El agua se lleva pelo, sangre, tiempo. ¿Mi rostro es mío? ¿Y qué haré para salir? Nadie se fijará, no se darán cuenta. No te verán, no te verán... los demás. Qué importa si ahora quitas un poco del cabello que te queda. Lo quito. Es fácil. Eres una calavera. ¿Saldrás?
La mandarina es un fruto gozoso. No es el tema. Es el pretexto. Contrasta con el negro.
lunes, 27 de diciembre de 2010
Una decisión extrema
Frente al espejo sonrío. “¿Soy de la misma materia de los sueños?”. Mi cara es la misma y no es la misma. Soy el rastrillo. Soy el movimiento de una navaja de afeitar. ¿Soy mi cara? El agua se lleva pelo, sangre, tiempo. ¿Mi rostro es mío? ¿Y qué haré para salir? Nadie se fijará, no se darán cuenta. No te verán, no te verán... los demás. Qué importa si ahora quitas un poco del cabello que te queda. Lo quito. Es fácil. Eres una calavera. ¿Saldrás?
miércoles, 8 de diciembre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
Y luz, la Vía Látex
mi membrana tiembla.
Suelta la carne,
tapa el orificio que coagula el semen.
Esculpe ahora
con un fino bisturí.
Mundo de látex,
las palabras salen del hueco más profundo.
Aquí todos tienen hambre,
aunque nadie tiene tiempo.
El lugar está abierto para que la imaginación llegue
y nos toque por detrás de la cabeza.
La infinidad de lámparas me agobia
me aflige un ojo, me inyecta.
Y la Muerte dice:
―¿Quién te cuidará,
Ángel que nombras cada estrella con un nombre equivocado?
Abre tus alas, pequeño, soy pecadora
y me voy a involucrar contigo.
Dame una gota de tu más interna tibieza.
Haré que rías,
te llevaré a un estanque,
dulce tumba para ti,
futuro pez alado que volarás conmigo donde quieras.
Y luz
la Vía Látex.
Elpez elHombre
y verde
y luminoso.
He aquí el Pez el Hombre el Cuerpo la Piel
el MOVIMIENTO
El yo
estábamos confundidos.
Atribulábaste el sentido incluso.
Segmentabas amarillentamente el signo.
Mírame.
Sé mentalidad.
Sé pultura de espuma gratilotinante,
Comienza a devengar.
Derriterios
Carne dispuesta a la llama, a la ceniza.
Carne hinchada de humores; va a reventar.
Y listo a quitarte el tenue pellejo,
yo también me desenfundo.
Y me da fuerte.
Y me llevo la cabaña al comedor.
Y como una sandía que se escapa sin querer dejar huella
de su carne roja,
nos hacemos derriterios,
¡y cómo arde!
Tercera persona
Ellos quieren ser distinguidos.
Él quiere salir en el periódico
y tener buena conciencia.
Ellas sueñan con un guía,
nosotros teníamos uno.
Él no quiere ser identificado.
Yo tengo un miedo mórbido a volverme ciego.
Ellos tienen lúbricas elucubraciones
todo el tiempo.
Ella se quiere morir.
Él está muerto.
Griegos
El viaje ha terminado y
los desechos son desiguales.
Sin entender el modo
comenzamos a sentir un nuevo pantalón entre las piernas.
Nada más amable que una tertulia sin causa.
Mis amigos están dormidos a mi lado.
Los griegos
ya no son capaces de sobrevivir.
50 obscenidades
1243 razones para esquivar y para robar
a las mismas esqueléticas turbas
las 243.
5000 veces mierda comme il faut.
300 parejas acosadas con vitriolo.
También, gas letal para algunos.
20 verrugas hinchadas y 2 más
en la piel ajena.
Servirían 302 agujas para 50 vergas 50.
Y si no se permitiera una calvicie torpe,
me gustaría arrancarte el pellejo
con espátulas,
tijeras,
corta uñas,
50 centímetros de hilo
dental
y una gota de cianuro.
ARDE
Arde tímido,
ciego sin ira,
que te asaltan las rameras
—y cada limosnero
Te piden emociones mínimas
los incrustados babeantes,
los prisioneros de ciudad mancha
la segregación del amasijo,
el cochambre,
el sebo,
la carne dura,
sin esperanza
sin sabor,
sin savia
LA BARDA
Ufanos días de certezas adolescentes,
días de tardes líquidas,
en todas direcciones
se detenían
complacientes
como si fuera una costumbre
La colosal antena de emociones
cambió de ruta
Nos fuimos todos
sin pensar en el último precipicio,
en el último salto.
VOLCÁN DE CIEGOS
Algunos vapores me trastornan:
La voluntariosa selva pálida
converge en su altura medieval,
se estira, elevación difuminada.
La espera salta;
dominan las siluetas:
es un instante de luz.
Distinguidos locos
de mareados horizontes
explican a las Ostras
la disponibilidad del viento
Emisarios
de la vida ligera,
magra y especulativa,
se aletargan
Meridianos que alguna vez
se entretuvieron en abortar
el viaje,
se embrollan
Es la embarcación lodosa,
la botella sincopada
de lama emputecida
Es el Cielo convertido
en colmenas rebosantes
de cangrejos
gelatinosos...
El aviador experto se queda atrás
ORACIÓN UNO
Altar de ramas,
vamos a coronar las sombras.
Tareas difíciles nos esperan
en los infiernos postergados.
Son:
el síncope de tordos, las mujeres fábula, las regiones niebla,
el cáncer del cielo.
BG
24mil veces
Indios verdes, Cocoyoc,
Sanborns, gladiolas
Venustiano, San Miguel
Mártir, Coronas
El Emporio, Tlatelolco,
Benito Juárez, la Sirena
Xochimilco, las Flores
24000 veces Madero
Pero el azul cobalto,
del viaducto Alemán,
me quema
Peces que vuelan sobre el concreto
Mi esperma por primera vez voló
por las avenidas rancias
del Periférico
PParestesssia
Bucéfalo, torpe amigo,
miríadas de veces
recorren tu piel negra
las hormigas, furiosas orquídeas,
latigazos eléctricos
por el musculoso camino.
Los ríos se tiñen de rápida gloria
—no la mía—
y me indican, muslo izquierdo,
la alineación del contrario.
Conozco su mirada mineral,
su mando sin emociones,
cantado melodrama,
sin torpes canciones de guerra.
Mordiente,
nacido por mí,
para mi desgracia,
el enemigo
me aniquila.
HAMACA
HAMACA
También “del verano”,
Islas desiertas.
Ambientes de luciferinos sones.
Destacan amapolas
cultivadas
por la industriosa
pareja de pescadores:
Pablo y el de sombrero
de ensalada.
Casa de pan,
noche de albahaca.
Hundidos en el océano,
los buscadores de noticias,
borrosos de tanto llorar
la espera,
se alambran,
rebautizados.
Son, ahora,
consumidores de madera vieja,
animales de piel grasosa.
Ven llegar cada mañana,
cada hora,
tan lejos de Greenwich,
tan cerca del hielo,
sin que la impaciencia
los devore.
MONASTERIO MARINO
A la cita inevitable
la ilumina tenue
la llama verde.
En la breve Nave
satisfago saladas imaginaciones.
Me llevan.
Derribamos el orden, el de afuera.
Celebramos:
frágiles y acorazados,
ávidos y atrevidos,
sucios y gozosos,
históricos y desgarbados,
inesperadas revelaciones
y conocidos, muy viejos.
Los mortales contemplamos la gloria,
la nuestra.
En la más insoslayable
sesión de miradas,
se ahoga y desahoga la cofradía
de miembros.
Como clásico matiz
un tercero sale.
Dejo el mundo.
martes, 5 de octubre de 2010
Ilusión
Mis pequeñas agonías
Yo te busqué toda la noche, tú no sabes...
Pensé que estabas, por ejemplo, caminando por las calles
sin paraguas, sin lamentos, sin horarios.
Busqué tu cara, tus insólitos modales.
Subí, bajé por escaleras puentes, taxis,
periféricos, viaductos, ejes viales.
Seguí tu rastro adivinando los detalles.
Tu despertar, tu voz, tu nombre, tus manías...
Tu piel, tu paso, tu saludo, tus pequeñas agonías.
Imaginé por un momento que a lo lejos te veía...
Qué confusión, no puede ser, estoy soñando...
Qué voy a hacer, debo correr, me está esperando.
Voy para allá, le voy a hablar: Tal vez
un hola, qué pasó, dónde estuviste.
O en esos casos es mejor un simple:
Bueno, ¿y cómo estás? ¿A dónde vas?,
¿vienes conmigo?
Llegué por fin y enmudecí.
Me congelé, me enfurecí,
hoy todavía no lo puedo resistir.
Llegué a la esquina y no te vi.
Te escabulliste, te escondiste, te escapaste.
Eras un sueño, una visión, una vulgar aparición.
Yo te busqué toda la noche tú no sabes.
No te encontré, sigo esperando que tú vuelvas.
Sigo esperando que algún día tú aparezcas por las calles.
Benjamín Gavarre
perros
como un retrovisor roto
mi perro reclama:
está aquí, es hermoso.
Los perros de otros días son imágenes
... sin olor
que viven
con otras perras
otras alegrías
ajenas
distorsionadas
Son ajenos
sssson perros de Otros
Envejecieron
Son Otros perros
miércoles, 4 de junio de 2008
láminas de alabastro
luz enjuta sin frío.
Libre marmota en hielo; no calor,
no Camino.
Sólo contemplo las aves azules,
sus párpados de mirada hueca
se asoman por ventanas de inocencia súbita,
aladas como las escamas de una misma
nueva especie
marina.
En sus cabezas de medusa
se distingue una silueta de alucinógena hembra.
Un macho cabrío teje sus lamentos.
Jeremías resucita.
No hay destino.
La desesperada Fuente dice:
aliento llega...
La misma sensación marina se vuelve de nuevo azul.
Me desenfundo una vez más en este acantilado
lleno de peces
imposibles.
La colonia.
El arrecife es vital.
como un suspiro.
La memoria de tantos oleajes me dice:
agua viva.
Agua viva.
Más que una rosa virgen,
elemento de dios,
agua invisible,
si el tiempo tiene números,
dejémoslo correr por donde sigue...
Yo tengo un hijo nuevo
que se baña en las fauces del milagro
que desata sus ojos infinitos.
Ése fue el primer verso,
pero no estaba escrito de ese modo.
No podría describirse.
La naturaleza insensata
de su ritmo
se mueve
y se mueve
como una gota lúcida.
Se mueve
en el río y la ciudad.
Las voces del río me alcanzan
y los sonidos del ave se acercan.
Los mismos que conocí hace poco
Un vuelo
un albatros
un albatros vivo
una U que llega y me marea...
La muerte está desnuda
inaugurando feliz cada principio
sólo se viste con su capa
de diosa
para enlutar la gloria que posee cada fin:
No me merezco la latitud hinchada de su nombre
no me explico la inmaculada fe de un parpadeo
Los oídos me estallan.
Cada letra escuchada
me recuerda otros tiempos...
Tiempos menos fortuitos
Benjamín Gavarre y Esaú Corona
viernes, 23 de mayo de 2008
NADA y Priscila
LA GORDA PRISCILA
SE SIENTE CLEOPATRA.
SE BAÑA EN SU LECHE,
MI MIRA, ME MIRA.
PLATICA CONMIGO,
ME MIRA, ME MIRA.
SE SUBE A LA CAMA,
ME SUELTA SU COLA.
LA GORDA PRISCILA
ME MIRA, ME MIRA.
SE PONE SUS CREMAS,
ME LLEVA A LA CAMA.
POLVEA SUS NALGAS.
LA GORDA, LA GORDA,
SE RIE Y SE CALLA.
SE PONE RUBOR
Y SE UNTA LAS PATAS.
ME CANTA CON FUERZA,
LA POBRE ES MALSANA,
Y HABRÁ QUE CUIDARLA.
ES LINDA Y ES FRÁGIL.
SE MUERE DE AMOR,
SE MECE, SE MECE…
CUAL GATA, COQUETA,
ME UNTA MENJURJES,
DE SAVIA, DE COLCHA,
SE LLAMA CRISTINA,
SE DICE PRISCILA,
SE VUELVE UNA ESCLAVA,
DE LUCES Y ESTRELLAS.
QUIERE SER MUCAMA,
SE VISTE DE ARMIÑO.
QUIERE SER MODELO,
LAMENTA SU ESTAMPA,
SE CUBRE LAS CANAS,
YA ES UN POCO VIEJA.
¡QUIÉN QUIERE COMPRARLA!
POR LA QUINTA COPA
DE CAMA TRAS CAMA,
DE ORILLA EN ORILLA,
LA GORDA CRISTINA,
PRISCILA, PRISCILA,
MUCHACHA O MOFETA,
SE VISTE DISCRETA,
SE ESCUCHA SU RISA,
ESTRELLA DE MODA,
LA GORDA PRISCILA,
SE COMPRA UN MARIDO,
SE VISTE DE RUBIO,
SE PINTA LAS UÑAS,
TACONES DE ESMALTE,
DE TONOS SIN FIN.
SU CUELLO ARRUGADO,
NO QUIERE SER VISTA,
SE MUERE DE ASFIXIA.
LA GORDA NO ES GATA,
NO ES BELLA, NO ES FLACA.
SE MAQUILLA LINDA:
SE HOSPEDA EN UN CERILLO.
SU VIDA ES UN RESPIRO,
SU CUERPO, UN ATAÚD.
LYZBETH
El Mago
Benjamín Gavarre
jueves, 22 de mayo de 2008
De nada
nada
De dónde
Eh!!!
Dime
Mezclados doy,
di,
dardos desnudos.
Debes,
don de duendes,
darme la de todos
los de débil dinastía.
De adelante donde duele dame.
!Dameeeee!!
¡Demonios!
¡Diablos!
¡Déjame decirte!
Decía.
¡Ejemmh!
Tú
¡Debes!!!!!!
Doblemente:
Deja sordos ademanes,
digo,
de dura,
dudosa,
procedencia.
Dando de todos modos
dobleces terminados,
de dichas decenas de diamantes,
días encendidos,
despedida despacio
quedo diré,
desde dentro:
desdén
DESDÉN
sÍ,
DESDÉN!!!!
NO
desdibujado.
dibujado
muy
DIBUJADO
dibujado
DIBUJAAAAAAADOOOOO
Benjamín Gavarre
VERANO
CATEDRAL DE OLAS
El viento, en las cortinas.
El mar, atento a la duda,
a la traición,
miércoles, 21 de mayo de 2008
Albatros
Es del color de la cera y no cuenta las horas.
Tiene la sonrisa de un tumulto
en llamas.
Atento sonrío a su caudal de razones
a sus fabuladas nuevas,
a sus Aleteos de locura.
De albatros viene
de amorosa E
de amorosa U
En pleno vuelo
A tiempo,
desde luego:
Se marea.
Se disgrega.
Gesticula.
Sin resistencia
desvaría.
Conviene a su estatura
la risa y el gesto del Clown.
Desciende despacio...
desde la magnífica estatura de sus alas
Profundo tu aliento:
sin aliento me dejas.
Sucumbo tartamudo.
Sí, y más tu vientre.
Alba Atroz
Albatros:
ESAÚ
Benjamín Gavarre
Viaje redondo
Altas olas (definitivo altar).
La flecha se aventura al cielo.
Fresco pino,
estremecedor anhelo.
Un río:
una sonrisa de manzanas de aceite,
de atardecer redondo.
Señales
¿No te gustó? Monólogo sonámbulo. BEN GAVARRÉ.
¿No te gustó?
Monólogo
sonámbulo.
De Ben GAVARRE
Seguido de dos versiones de la breve narración.
(Se
enciende una luz tenue sobre el personaje, que está de pie frente a un espejo,
con la boca casi pegada a él. Habla en voz baja, casi susurrando).
(Se
toca los labios con la punta de los dedos, como si el espejo le quemara).
Tengo
la boca pegada en el espejo. El cristal está helado. ¿Es mi aliento lo que
empaña esta superficie o el calor de otra persona? (Se aleja un paso). ¿Eres
tú? (Se acerca de nuevo, inspeccionando su reflejo). Mis ojos… ¿son míos? Son
grandes. Demasiado grandes. ¿Es por la cercanía? O se dan cuenta de algo que me
pasa de noche… Ja, ja, me pasa de noche… Como si vieran algo que yo no… ¿qué
ves, tú?
(Se
aleja, se va hacia un rincón del escenario).
El
radio… (gesticula con la mano como si quisiera silenciar un ruido en el aire).
El shu shu garaluz. Habla… Háblame… ¿Yo? ¿A quién? No. No, no me entiendes. Mis
ojos turbios me perturban. Tengo las pupilas dilatadas. Tengo frío. Hace tanto
frío… ¿De dónde viene tanto frío? No viene del aire… (Se toca el pecho). Es de
aquí dentro.
(Regresa
al espejo. Lo mira con intensidad, y en un acto impulsivo, apaga la luz de un
interruptor imaginario).
La
luz… se fue. Y la pupila, ¡Dios!, se inunda… se inunda de negrura. Un vacío.
Prendo la lámpara… (vuelve a encender la luz imaginaria). Y ahí estás. (Toca el
espejo de nuevo). Un rostro sin lágrimas. Ni una sola. Yo… no lloro. Tú
tampoco. No podemos.
[Escenas
de sonambulismo]
(El
personaje comienza a caminar lentamente, como si estuviera en un trance, por el
escenario. Se detiene frente a una maceta imaginaria).
Aquí…
aquí está. (Se desabrocha los pantalones imaginarios). El excusado… el de los
sueños. El de las hojas. (Habla en voz baja, casi somnolienta). La tierra
suave… como un colchón. (Se “orina” en la maceta imaginaria y luego se
abrocha). Me voy a la cama. Pero no… no estoy en la cama. ¿Estoy aquí? (Se mira
los pies). Y mis hermanos me llevan. Me llevan, sí. Me recuestan… y me dicen
que estaba en la sala. Que estaba viendo la televisión. Veía la pantalla que
estaba en la ventana. Y me dijeron que estaba dormido. No recuerdo. Pero mis
pies están fríos.
(Se
levanta y camina hacia un rincón del escenario donde hay una canasta de ropa
imaginaria).
Busco…
busco algo. El olor… de él. Huele a ropa limpia. A suavizante. Busco su
camiseta. A mi amante. ¿A mi amante? (Se queda quieto, como si se preguntara a
sí mismo). El clóset… (se dirige hacia él, abriendo la puerta imaginaria). La
ropa en el cesto. No está. No te encuentro. Pero tú me esperas. ¿Dónde te
busco, si no existes?
(Se
detiene y coge un pan imaginario de una mesa).
Tengo
hambre. Es pan. (Lo muerde y mastica lentamente). Pan de dulce. Dulce como… la
cajeta. Pero agria. Agria. (Camina de nuevo, ya no se dirige a la canasta de
ropa, sino a otro lugar). Me lo llevo. A la cama. A ti. (Se acuesta en el
suelo, con el pan imaginario en la mano, y lo mira con una expresión de
desconcierto). Lo voy a dejar aquí… para cuando despierte. Pero… ¿cuándo
despierto?
(El
personaje se levanta, con una energía más agitada y confusa).
¿Dónde
estaba? ¡Qué semáforos! ¿Por qué la lluvia es verde? (Vuelve a las escenas
anteriores).
La
mesera… no me entiende. Con dos cucharadas… ¡le digo! No me sirve nada. Me voy.
Voy
a prender otro cigarro. Me gustaría un sombrero. Voy a entrar al cine. Ultima
butaca. Un tipo se acerca. Me la agarra… me la jala… me voy. Película sin
títulos. ¿Está en alemán? Me voy. No veo la cara del tipo. Me vine. Qué asco de
película. Salgo. Todo es humedad, oscuridad que las luces de los autos ahuyentan.
[El
desenlace]
(Vuelve
a su "casa". La luz en el escenario cambia a una más fría. Deja la
puerta abierta imaginaria).
No.
No voy a cerrar la puerta. Que se enoje. ¿Quién? La casa está vacía. Vacía de
ti. (Grita al aire). ¡Maldito gato! ¡Lárgate! (Se toca la pierna con una mano,
como si le doliera un arañazo). Así está mejor.
Comida.
Eso… sí. (Abre un refrigerador imaginario). Mermelada… cajeta… pan en celofán…
(Habla con voz fastidiada, como si le diera repulsión). Agrio. Todo está agrio.
Que vuelva a comprar.
(Se
sienta, se queda quieto, casi inmóvil, mirando al vacío).
Mejor
ya me duermo. (Bosteza, pero con la mirada fija). O… ¿lo espero? (Se levanta y
mira hacia el fondo del escenario, donde hay una sombra que podría ser su
reflejo).
¿A
quién espero, tú? ¿A ti? ¿Tienes una vida secreta que ni siquiera yo conozco?
Lo sabes, estoy seguro.
¿No
te gustó?
Relato
segunda versión
Mientras
tengo la boca pegada en el espejo, siento el frío del cristal calándome los
labios. ¿Soy yo el que mira o el que es mirado? El radio sigue con su cantinela
confusa, ese shu shu garaluz que parece hablar en un idioma olvidado. Mis ojos,
¿son realmente míos estas ventanas redondas y oscuras? Apago la luz y la
pupila, dilatándose hasta doler, se inunda de una negrura espesa, como un pozo
sin fondo. Prendo la lámpara y la luz amarilla me golpea, revelando un rostro
ajeno en el espejo. Ni una lágrima resbala. ¿Por qué no puedo llorar?
Salgo
a la calle. Un impulso ciego me arrastra. Olvidé el sombrero. ¿Pero yo uso
sombrero? No... o sí... a veces. ¿Quién lo usa entonces? Siento el aire frío
mordiéndome la piel, un escalofrío que no viene de la temperatura. Mis ojos...
¿por qué los siento tan turbios, como si mirara a través de un vaso sucio? ¡Qué
semáforos tan estridentes! Bailan con luces violetas y naranjas, pero... ¿por
qué esa mancha verde que lo cubre todo? ¿Por qué la lluvia que empieza a caer
tiene un brillo esmeralda y huele a metal oxidado?
Entro
al café. La mesera me mira con extrañeza. No entiendo lo que dice, su voz llega
distorsionada, como si hablara bajo el agua. Con dos cucharadas golpeo la mesa.
No, esto no es lo que quiero. Nada de esto me sirve. Me voy. ¿Adónde? No lo sé.
Mis pies me guían solos.
Voy
a prender otro cigarro. Mis dedos torpes no atinan a encontrar el encendedor.
¿Por qué tiemblan tanto? Me gustaría un sombrero. Uno grande, que me cubra del
mundo. Voy a entrar al cine. La sala está casi vacía. Ultima butaca. El
terciopelo rojo del asiento se siente húmedo y frío bajo mis manos. Un tipo se
acerca. No le veo la cara, solo una sombra que se cierne sobre mí. Siento su
mano agarrando la mía, llevándola a su entrepierna. Un escalofrío de asco y
confusión me recorre. Me agarra. ¿Por qué lo permite mi mano? Me voy. La
película parpadea en la pantalla, imágenes borrosas sin títulos. No entiendo alemán
o lo que sea que hablen. Me voy. Me vine. Una punzada de extrañeza. Me voy. Me
siento liberado pero solo del vientre. Todo es confuso.
No
voy a cerrar la puerta. ¿Por qué debería? Que entre quien quiera. Y no me
importa que se enoje. ¿Quién se enojaría? La casa está vacía... o no. Siento
una presencia en la oscuridad. Maldito gato. Sus ojos amarillos brillan como
brasas en la penumbra. Siento sus uñas clavándose en mi pierna. Lárgate. Así
está mejor. Silencio.
Comida.
Eso está bien. Mi estómago ruge. Abro el refrigerador. ¿Qué tiene este irresponsable
guardado aquí? Mermelada de fresa que huele a rosas muertas, cajeta dura como
piedra, pan envuelto en celofán pegajoso, leche agria. Todo. Que vuelva a
comprar.
Mejor
ya me duermo. El cansancio me pesa en los párpados. O qué. ¿Lo espero? Una
sombra al final del pasillo. ¿Y de qué vamos a hablar?
¿No te gustó?
Primera
versión.
¿No te
gustó? Mientras tengo la boca pegada en el espejo escucho el radio shu shu
garaluz Mis ojos grandes. Apago la luz y la pupila abierta enorme se inunda.
Prendo la lámpara. Ni una lágrima. Yo*
Salgo a
la calle. Olvidé el sombrero. No yo no uso. Mis ojos turbios. Tengo frío. ¡Qué
semáforos! ¿Por qué la lluvia es verde? La mesera no me entiende. Con dos
cucharadas, le digo. No me sirve nada. Me voy *
Voy a
prender otro cigarro. Me gustaría ponerme un sombrero. Voy a entrar al cine.
Ultima butaca. Un tipo se acerca me la agarra, me masturba, me voy, película
sin títulos, no sé alemán, me voy, no veo la cara del tipo, me vine, me voy,
qué asco de película *
No voy a
cerrar la puerta y no me importa que se enoje. Maldito gato, me araña la
pierna; lárgate, así está mejor. Comida, eso está bien. Qué tiene este irresponsable.
Mermelada, cajeta, pan en celofán, leche. Todo a punto de acabarse. Que vuelva
a comprar. Mejor ya me duermo; o qué, ¿lo espero?
-
Lunita Me llamo Luna. Me encontraron en una llanta. La llanta era mi casa, mi cama, mi refugio. No conocí a mi padre, a mi madre...
-
Didn't you like it? Sleepwalking monologue. By Ben Gavarré Followed by two versions of the short story.)) Didn't you like it? (A d...
-
DIOSES DEL LABERINTO DE PADUA DIOSES ANTIGUOS DIOSES CERCANOS AL TEMBLOR DE LAS HORAS CONTIGUOS LÚBRICOS CÓSMICOS CÓMICOS...
