lunes, 27 de diciembre de 2010

Una decisión extrema


Frente al espejo sonrío. “¿Soy de la misma materia de los sueños?”. Mi cara es la misma y no es la misma. Soy el rastrillo. Soy el movimiento de una navaja de afeitar. ¿Soy mi cara? El agua se lleva pelo, sangre, tiempo. ¿Mi rostro es mío? ¿Y qué haré para salir? Nadie se fijará, no se darán cuenta. No te verán, no te verán... los demás. Qué importa si ahora quitas un poco del cabello que te queda. Lo quito. Es fácil. Eres una calavera. ¿Saldrás?







miércoles, 8 de diciembre de 2010

Paradoja

El pasado opera de maneras extrañas
El presente es todavía más misterioso
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

El momento más íntimo

Es hora de olvidar, de estar a solas,



Con uno mismo,


Hora del sueño.






















































































jueves, 7 de octubre de 2010

Y luz, la Vía Látex

Cuna de látex,


mi membrana tiembla.



Suelta la carne,

tapa el orificio que coagula el semen.



Esculpe ahora

con un fino bisturí.



Mundo de látex,

las palabras salen del hueco más profundo.



Aquí todos tienen hambre,

aunque nadie tiene tiempo.



El lugar está abierto para que la imaginación llegue

y nos toque por detrás de la cabeza.



La infinidad de lámparas me agobia

me aflige un ojo, me inyecta.



Y la Muerte dice:

―¿Quién te cuidará,

Ángel que nombras cada estrella con un nombre equivocado?

Abre tus alas, pequeño, soy pecadora

y me voy a involucrar contigo.

Dame una gota de tu más interna tibieza.

Haré que rías,

te llevaré a un estanque,

dulce tumba para ti,

futuro pez alado que volarás conmigo donde quieras.



Y luz

la Vía Látex.



Elpez elHombre

...de movimiento azul


y verde

y                                                   luminoso.

He aquí                       el Pez                  el Hombre            el Cuerpo              la Piel

el                                                                                                                          MOVIMIENTO

El yo

El Yo


estábamos confundidos.

Atribulábaste el sentido incluso.

Segmentabas amarillentamente el signo.

Mírame.

Sé mentalidad.

Sé pultura de espuma gratilotinante,

Comienza a devengar.

Derriterios


Carne dispuesta a la llama, a la ceniza.

Carne hinchada de humores; va a reventar.

Y listo a quitarte el tenue pellejo,

yo también me desenfundo.

Y me da fuerte.

Y me llevo la cabaña al comedor.

Y como una sandía que se escapa sin querer dejar huella

de su carne roja,

nos hacemos derriterios,

¡y cómo arde!



Tercera persona

Ellas desearían ser sabías.


Ellos quieren ser distinguidos.

Él quiere salir en el periódico

y tener buena conciencia.

Ellas sueñan con un guía,

nosotros teníamos uno.

Él no quiere ser identificado.

Yo tengo un miedo mórbido a volverme ciego.

Ellos tienen lúbricas elucubraciones

todo el tiempo.

Ella se quiere morir.

Él está muerto.

Griegos






El viaje ha terminado y

los desechos son desiguales.

Sin entender el modo

comenzamos a sentir un nuevo pantalón entre las piernas.

Nada más amable que una tertulia sin causa.



Mis amigos están dormidos a mi lado.



Los griegos

ya no son capaces de sobrevivir.



50 obscenidades

50 OBSCENIDADES 50




1243 razones para esquivar y para robar

a las mismas esqueléticas turbas

las 243.

5000 veces mierda comme il faut.

300 parejas acosadas con vitriolo.

También, gas letal para algunos.



20 verrugas hinchadas y 2 más

en la piel ajena.

Servirían 302 agujas para 50 vergas 50.



Y si no se permitiera una calvicie torpe,

me gustaría arrancarte el pellejo

con espátulas,

tijeras,

corta uñas,

50 centímetros de hilo

dental

y una gota de cianuro.



ARDE

ARDE




Arde tímido,

ciego sin ira,

que te asaltan las rameras

—y cada limosnero



Te piden emociones mínimas

los incrustados babeantes,

los prisioneros de ciudad mancha

la segregación del amasijo,

el cochambre,

el sebo,

la carne dura,

sin esperanza

sin sabor,

sin savia



LA BARDA

LA BARDA




Ufanos días de certezas adolescentes,

días de tardes líquidas,

en todas direcciones

se detenían

complacientes

como si fuera una costumbre



La colosal antena de emociones

cambió de ruta



Nos fuimos todos

sin pensar en el último precipicio,

en el último salto.

VOLCÁN DE CIEGOS

VOLCÁN DE CIEGOS




Algunos vapores me trastornan:



La voluntariosa selva pálida

converge en su altura medieval,

se estira, elevación difuminada.



La espera salta;

dominan las siluetas:

es un instante de luz.



Distinguidos locos

de mareados horizontes

explican a las Ostras

la disponibilidad del viento



Emisarios

de la vida ligera,

magra y especulativa,

se aletargan



Meridianos que alguna vez

se entretuvieron en abortar

el viaje,

se embrollan



Es la embarcación lodosa,

la botella sincopada

de lama emputecida



Es el Cielo convertido

en colmenas rebosantes

de cangrejos

gelatinosos...



El aviador experto se queda atrás



ORACIÓN UNO

ORACIÓN UNO




Altar de ramas,

vamos a coronar las sombras.

Tareas difíciles nos esperan

en los infiernos postergados.

Son:

el síncope de tordos, las mujeres fábula, las regiones niebla,

el cáncer del cielo.

BG

24mil veces

24000 VECES




Indios verdes, Cocoyoc,

Sanborns, gladiolas

Venustiano, San Miguel

Mártir, Coronas



El Emporio, Tlatelolco,

Benito Juárez, la Sirena



Xochimilco, las Flores

24000 veces Madero



Pero el azul cobalto,

del viaducto Alemán,

me quema



Peces que vuelan sobre el concreto

Mi esperma por primera vez voló

por las avenidas rancias

del Periférico



PParestesssia

PARESTESIA




Bucéfalo, torpe amigo,

miríadas de veces

recorren tu piel negra

las hormigas, furiosas orquídeas,

latigazos eléctricos

por el musculoso camino.

Los ríos se tiñen de rápida gloria

—no la mía—

y me indican, muslo izquierdo,

la alineación del contrario.



Conozco su mirada mineral,

su mando sin emociones,

cantado melodrama,

sin torpes canciones de guerra.



Mordiente,

nacido por mí,

para mi desgracia,

el enemigo

me aniquila.

HAMACA


HAMACA



También “del verano”,

Islas desiertas.



Ambientes de luciferinos sones.



Destacan amapolas

cultivadas

por la industriosa

pareja de pescadores:

Pablo y el de sombrero

de ensalada.



Casa de pan,

noche de albahaca.



Hundidos en el océano,

los buscadores de noticias,

borrosos de tanto llorar

la espera,

se alambran,

rebautizados.

Son, ahora,

consumidores de madera vieja,

animales de piel grasosa.

Ven llegar cada mañana,

cada hora,

tan lejos de Greenwich,

tan cerca del hielo,

sin que la impaciencia

los devore.

MONASTERIO MARINO

MONASTERIO MARINO




A la cita inevitable

la ilumina tenue

la llama verde.



En la breve Nave

satisfago saladas imaginaciones.



Me llevan.



Derribamos el orden, el de afuera.

Celebramos:

frágiles y acorazados,

ávidos y atrevidos,

sucios y gozosos,

históricos y desgarbados,

inesperadas revelaciones

y conocidos, muy viejos.



Los mortales contemplamos la gloria,

la nuestra.



En la más insoslayable

sesión de miradas,

se ahoga y desahoga la cofradía

de miembros.



Como clásico matiz

un tercero sale.



Dejo el mundo.



martes, 5 de octubre de 2010

Ilusión

Ilusión

Mis pequeñas agonías




Yo te busqué toda la noche, tú no sabes...

Pensé que estabas, por ejemplo, caminando por las calles

sin paraguas, sin lamentos, sin horarios.

Busqué tu cara, tus insólitos modales.

Subí, bajé por escaleras puentes, taxis,

periféricos, viaductos, ejes viales.

Seguí tu rastro adivinando los detalles.

Tu despertar, tu voz, tu nombre, tus manías...

Tu piel, tu paso, tu saludo, tus pequeñas agonías.

Imaginé por un momento que a lo lejos te veía...

Qué confusión, no puede ser, estoy soñando...

Qué voy a hacer, debo correr, me está esperando.

Voy para allá, le voy a hablar: Tal vez

un hola, qué pasó, dónde estuviste.

O en esos casos es mejor un simple:

Bueno, ¿y cómo estás? ¿A dónde vas?,

¿vienes conmigo?

Llegué por fin y enmudecí.

Me congelé, me enfurecí,

hoy todavía no lo puedo resistir.

Llegué a la esquina y no te vi.

Te escabulliste, te escondiste, te escapaste.

Eras un sueño, una visión, una vulgar aparición.



Yo te busqué toda la noche tú no sabes.

No te encontré, sigo esperando que tú vuelvas.

Sigo esperando que algún día tú aparezcas por las calles.


Benjamín Gavarre

perros

El pasado da reflejos


como un retrovisor roto

mi perro reclama:

está aquí, es hermoso.

Los perros de otros días son imágenes

... sin olor

que viven

con otras perras

otras alegrías

ajenas

distorsionadas

Son ajenos

sssson perros de Otros

Envejecieron

Son Otros perros

miércoles, 4 de junio de 2008

DESOLACION

Para reinar... La perra noche.
BG

láminas de alabastro

Láminas de alabastro, 
luz enjuta sin frío. 
Libre marmota en hielo; no calor,
no Camino.
Sólo contemplo las aves azules,
sus párpados de mirada hueca
se asoman por ventanas de inocencia súbita,
aladas como las escamas de una misma 
nueva especie 
marina.
En sus cabezas de medusa
se distingue una silueta de alucinógena hembra.
Un macho cabrío teje sus lamentos.
Jeremías resucita. 
No hay destino.
La desesperada Fuente dice: 
aliento llega...
La misma sensación marina se vuelve de nuevo azul.

Me desenfundo una vez más en este acantilado
lleno de peces 
imposibles.
La colonia. 
El arrecife es vital.
Es redondo
como un suspiro.
La memoria de tantos oleajes me dice:
agua viva. 
Agua viva. 
Más que una rosa virgen,
elemento de dios,
agua invisible,
si el tiempo tiene números,
dejémoslo correr por donde sigue...
Yo tengo un hijo nuevo
que se baña en las fauces del milagro 
que desata sus ojos infinitos.
Ése fue el primer verso, 
pero no estaba escrito de ese modo. 
No podría describirse. 
La naturaleza insensata
de su ritmo
se mueve 
y se mueve
sin embargo 
como una gota lúcida.
Se mueve
en el río y la ciudad. 
Las voces del río me alcanzan 
y los sonidos del ave se acercan.
Los mismos que conocí hace poco

Un vuelo 
un albatros
un albatros vivo
una U que llega y me marea...
La muerte está desnuda
inaugurando feliz cada principio
sólo se viste con su capa
de diosa
para enlutar la gloria que posee cada fin:
No me merezco la latitud hinchada de su nombre
no me explico la inmaculada fe de un parpadeo
Los oídos me estallan.
Cada letra escuchada
me recuerda otros tiempos...
Tiempos menos fortuitos

Benjamín Gavarre y Esaú Corona

viernes, 23 de mayo de 2008

NADA y Priscila



Se manchó los dedos con su pluma atómica y decidió que no escribiría ninguna nota que explicara su suicidio.




LA GORDA PRISCILA



















SE SIENTE CLEOPATRA.


















SE BAÑA EN SU LECHE,


















MI MIRA, ME MIRA.










































PLATICA CONMIGO,


















ME MIRA, ME MIRA.










































SE SUBE A LA CAMA,


















ME SUELTA SU COLA.










































LA GORDA PRISCILA


















ME MIRA, ME MIRA.










































SE PONE SUS CREMAS,


















ME LLEVA A LA CAMA.


















POLVEA SUS NALGAS.


































































LA GORDA, LA GORDA,


















SE RIE Y SE CALLA.










































SE PONE RUBOR


















Y SE UNTA LAS PATAS.










































ME CANTA CON FUERZA,


















LA POBRE ES MALSANA,


















Y HABRÁ QUE CUIDARLA.


















ES LINDA Y ES FRÁGIL.


































































SE MUERE DE AMOR,


















SE MECE, SE MECE…










































CUAL GATA, COQUETA,


















ME UNTA MENJURJES,


















DE SAVIA, DE COLCHA,


















SE LLAMA CRISTINA,


















SE DICE PRISCILA,


















SE VUELVE UNA ESCLAVA,


















DE LUCES Y ESTRELLAS.










































QUIERE SER MUCAMA,


















SE VISTE DE ARMIÑO.


















QUIERE SER MODELO,


















LAMENTA SU ESTAMPA,


















SE CUBRE LAS CANAS,


















YA ES UN POCO VIEJA.


















¡QUIÉN QUIERE COMPRARLA!










































POR LA QUINTA COPA


















DE CAMA TRAS CAMA,


















DE ORILLA EN ORILLA,


















LA GORDA CRISTINA,






PRISCILA, PRISCILA,


















MUCHACHA O MOFETA,


















SE VISTE DISCRETA,


















SE ESCUCHA SU RISA,


















ESTRELLA DE MODA,


















LA GORDA PRISCILA,


















SE COMPRA UN MARIDO,


















SE VISTE DE RUBIO,


















SE PINTA LAS UÑAS,


















TACONES DE ESMALTE,


















DE TONOS SIN FIN.










































SU CUELLO ARRUGADO,


















NO QUIERE SER VISTA,


















SE MUERE DE ASFIXIA.










































LA GORDA NO ES GATA,


















NO ES BELLA, NO ES FLACA.










































SE MAQUILLA LINDA:


















SE HOSPEDA EN UN CERILLO.


















SU VIDA ES UN RESPIRO,


















SU CUERPO, UN ATAÚD.






































































































EL EQUILIBRISTA

* * *
Después de haber dejado la corbata empieza a caminar por la sala de su casa. Se dispone a dar el segundo paso; retrocede y quiere avanzar de nuevo; da el siguiente paso; luego, el último.



Benjamín Gavarre

LYZBETH

 De bruja, corcel de bruja quisiera. Te invoco bajo el nombre de la más puta. Sales de la persiana, puta de todos los cerrojos. Tu nombre no es Alberta, no es Beltrana; sin camisa hueca te hueles los sobacos, enredada en sandalias de pátina roja. Josefina horrorizada te observa a ti en tu mala casa de bestia de chancro blando. Bruja de la puerta, de todas las puertas subterráneas. Sin engaño subes con toda la noche. LyZbeth que me quiere hipnotizar y luego flagelar, oh Cerda, te nombro con todos las horas que vendrán, muy putas, ¡LyZbeth!
Benjamín Gavarre

¡Dónde están!



Es territorio fangoso, pero detrás del escudo vive un ámbito de peces, refugio de coral. Luminosos amigos
nos esperan.
Benjamín Gavarre

El Mago

 Se puso la chistera; sonrío a su imagen; retocó el bigote; abrió la puerta: salió.
Después de los aplausos entró a su camerino; se quitó la chistera y la puso encima de la cama.
Los aplausos seguían a lo lejos, insistentes. El espejo, complacido, lo miró, para siempre, por última vez. 

 Benjamín Gavarre

jueves, 22 de mayo de 2008

Destino


La estrella estaba muerta.

También
el pescador
que nunca se
ENTERÓ
del pronóstico del tiempo.



De nada

De
nada

De dónde
Eh!!!

Dime



Mezclados doy,
di,
dardos desnudos.


Debes,
don de duendes,

darme la de todos

los de débil dinastía. 

De adelante donde duele dame. 


!Dameeeee!!


¡Demonios!

¡Diablos!



 ¡Déjame decirte!


Decía.


¡Ejemmh!

Debes




¡Debes!!!!!!

Doblemente:
decidirte: 


Deja sordos ademanes,

digo,

de dura,

dudosa,

procedencia. 


Dando de todos modos 

dobleces terminados,

de dichas decenas de diamantes,

días encendidos, 

despedida despacio

quedo diré,


desde dentro:


desdén


DESDÉN

sÍ,


DESDÉN!!!!


NO

desdibujado.





dibujado


muy

DIBUJADO



dibujado



DIBUJAAAAAAADOOOOO






Benjamín Gavarre















VERANO

 ↑ ¤ V E R A N O

La fría paleta de limón era un estorbo, el sol se había derretido.

  Benjamín Gavarre

CATEDRAL DE OLAS

Viene alba vital con la espera de un alivio. 
El viento, en las cortinas. 
El mar, atento a la duda,
a la traición,
al sueño y al olvido. 


Fatalidad



Salió de su casa y pensó que subiría al autobús. Corrió. La señal fue notoria, simple. Lo atropellaron. Era previsible, necesario sin duda.
Benjamín Gavarre

miércoles, 21 de mayo de 2008

Albatros

Albatros viene.
Es del color de la cera y no cuenta las horas. 
Tiene la sonrisa de un tumulto 
en llamas. 
Atento sonrío a su caudal de razones
a sus fabuladas nuevas,
a sus Aleteos de locura.
De albatros viene
de amorosa E 
de amorosa U
En pleno vuelo 
A tiempo, 
desde luego:
Se marea.
Se disgrega. 
Gesticula.
Sin resistencia
desvaría.
Conviene a su estatura
la risa y el gesto del Clown.
Desciende despacio...
desde la magnífica estatura de sus alas 
Profundo tu aliento: 
sin aliento me dejas. 
Sucumbo tartamudo.
Sí, y más tu vientre. 
Alba Atroz 


Albatros:

ESAÚ

Benjamín Gavarre

Viaje redondo

 La esencia de un perfume:
Altas olas (definitivo altar).
La flecha se aventura al cielo.
Fresco pino, 
estremecedor anhelo.
Un río: 
una sonrisa de manzanas de aceite,
de atardecer redondo.
Benjamín Gavarre

Señales

Señales llegan

Luz salada. Y se despereza,
eterno, el Animal,
el mar, en olas. 

Señales lejos

Mapa inútil, sin lágrima: 
el caparazón de la tortuga.

Señales sin sueño

Danza inicial, Iris cretácico: 
sombra de ropajes tintos. 

Señales soledad
Ventana sin afuera:
Los dioses, jeroglíficos, 
se asoman.  

Señales al final

La sonrisa fósil del insecto
se hace sol,
luz total,
rotundo rojo

Benjamín Gavarre

¿No te gustó? Monólogo sonámbulo. BEN GAVARRÉ.

 

 









¿No te gustó?

Monólogo sonámbulo.

De Ben GAVARRE

Seguido de dos versiones de la breve narración.

(Se enciende una luz tenue sobre el personaje, que está de pie frente a un espejo, con la boca casi pegada a él. Habla en voz baja, casi susurrando).

 

(Se toca los labios con la punta de los dedos, como si el espejo le quemara).

 

Tengo la boca pegada en el espejo. El cristal está helado. ¿Es mi aliento lo que empaña esta superficie o el calor de otra persona? (Se aleja un paso). ¿Eres tú? (Se acerca de nuevo, inspeccionando su reflejo). Mis ojos… ¿son míos? Son grandes. Demasiado grandes. ¿Es por la cercanía? O se dan cuenta de algo que me pasa de noche… Ja, ja, me pasa de noche… Como si vieran algo que yo no… ¿qué ves, tú?

 

(Se aleja, se va hacia un rincón del escenario).

 

El radio… (gesticula con la mano como si quisiera silenciar un ruido en el aire). El shu shu garaluz. Habla… Háblame… ¿Yo? ¿A quién? No. No, no me entiendes. Mis ojos turbios me perturban. Tengo las pupilas dilatadas. Tengo frío. Hace tanto frío… ¿De dónde viene tanto frío? No viene del aire… (Se toca el pecho). Es de aquí dentro.

 

(Regresa al espejo. Lo mira con intensidad, y en un acto impulsivo, apaga la luz de un interruptor imaginario).

 

La luz… se fue. Y la pupila, ¡Dios!, se inunda… se inunda de negrura. Un vacío. Prendo la lámpara… (vuelve a encender la luz imaginaria). Y ahí estás. (Toca el espejo de nuevo). Un rostro sin lágrimas. Ni una sola. Yo… no lloro. Tú tampoco. No podemos.

 

[Escenas de sonambulismo]

 

(El personaje comienza a caminar lentamente, como si estuviera en un trance, por el escenario. Se detiene frente a una maceta imaginaria).

 

Aquí… aquí está. (Se desabrocha los pantalones imaginarios). El excusado… el de los sueños. El de las hojas. (Habla en voz baja, casi somnolienta). La tierra suave… como un colchón. (Se “orina” en la maceta imaginaria y luego se abrocha). Me voy a la cama. Pero no… no estoy en la cama. ¿Estoy aquí? (Se mira los pies). Y mis hermanos me llevan. Me llevan, sí. Me recuestan… y me dicen que estaba en la sala. Que estaba viendo la televisión. Veía la pantalla que estaba en la ventana. Y me dijeron que estaba dormido. No recuerdo. Pero mis pies están fríos.

 

(Se levanta y camina hacia un rincón del escenario donde hay una canasta de ropa imaginaria).

 

Busco… busco algo. El olor… de él. Huele a ropa limpia. A suavizante. Busco su camiseta. A mi amante. ¿A mi amante? (Se queda quieto, como si se preguntara a sí mismo). El clóset… (se dirige hacia él, abriendo la puerta imaginaria). La ropa en el cesto. No está. No te encuentro. Pero tú me esperas. ¿Dónde te busco, si no existes?

 

(Se detiene y coge un pan imaginario de una mesa).

 

Tengo hambre. Es pan. (Lo muerde y mastica lentamente). Pan de dulce. Dulce como… la cajeta. Pero agria. Agria. (Camina de nuevo, ya no se dirige a la canasta de ropa, sino a otro lugar). Me lo llevo. A la cama. A ti. (Se acuesta en el suelo, con el pan imaginario en la mano, y lo mira con una expresión de desconcierto). Lo voy a dejar aquí… para cuando despierte. Pero… ¿cuándo despierto?

 

(El personaje se levanta, con una energía más agitada y confusa).

 

¿Dónde estaba? ¡Qué semáforos! ¿Por qué la lluvia es verde? (Vuelve a las escenas anteriores).

 

La mesera… no me entiende. Con dos cucharadas… ¡le digo! No me sirve nada. Me voy.

 

Voy a prender otro cigarro. Me gustaría un sombrero. Voy a entrar al cine. Ultima butaca. Un tipo se acerca. Me la agarra… me la jala… me voy. Película sin títulos. ¿Está en alemán? Me voy. No veo la cara del tipo. Me vine. Qué asco de película. Salgo. Todo es humedad, oscuridad que las luces de los autos ahuyentan.

 

[El desenlace]

 

(Vuelve a su "casa". La luz en el escenario cambia a una más fría. Deja la puerta abierta imaginaria).

 

No. No voy a cerrar la puerta. Que se enoje. ¿Quién? La casa está vacía. Vacía de ti. (Grita al aire). ¡Maldito gato! ¡Lárgate! (Se toca la pierna con una mano, como si le doliera un arañazo). Así está mejor.

 

Comida. Eso… sí. (Abre un refrigerador imaginario). Mermelada… cajeta… pan en celofán… (Habla con voz fastidiada, como si le diera repulsión). Agrio. Todo está agrio. Que vuelva a comprar.

 

(Se sienta, se queda quieto, casi inmóvil, mirando al vacío).

 

Mejor ya me duermo. (Bosteza, pero con la mirada fija). O… ¿lo espero? (Se levanta y mira hacia el fondo del escenario, donde hay una sombra que podría ser su reflejo).

 

¿A quién espero, tú? ¿A ti? ¿Tienes una vida secreta que ni siquiera yo conozco? Lo sabes, estoy seguro.

 

 

¿No te gustó?

Relato segunda versión

​Mientras tengo la boca pegada en el espejo, siento el frío del cristal calándome los labios. ¿Soy yo el que mira o el que es mirado? El radio sigue con su cantinela confusa, ese shu shu garaluz que parece hablar en un idioma olvidado. Mis ojos, ¿son realmente míos estas ventanas redondas y oscuras? Apago la luz y la pupila, dilatándose hasta doler, se inunda de una negrura espesa, como un pozo sin fondo. Prendo la lámpara y la luz amarilla me golpea, revelando un rostro ajeno en el espejo. Ni una lágrima resbala. ¿Por qué no puedo llorar?

 

​Salgo a la calle. Un impulso ciego me arrastra. Olvidé el sombrero. ¿Pero yo uso sombrero? No... o sí... a veces. ¿Quién lo usa entonces? Siento el aire frío mordiéndome la piel, un escalofrío que no viene de la temperatura. Mis ojos... ¿por qué los siento tan turbios, como si mirara a través de un vaso sucio? ¡Qué semáforos tan estridentes! Bailan con luces violetas y naranjas, pero... ¿por qué esa mancha verde que lo cubre todo? ¿Por qué la lluvia que empieza a caer tiene un brillo esmeralda y huele a metal oxidado?

 

​Entro al café. La mesera me mira con extrañeza. No entiendo lo que dice, su voz llega distorsionada, como si hablara bajo el agua. Con dos cucharadas golpeo la mesa. No, esto no es lo que quiero. Nada de esto me sirve. Me voy. ¿Adónde? No lo sé. Mis pies me guían solos.

 

​​Voy a prender otro cigarro. Mis dedos torpes no atinan a encontrar el encendedor. ¿Por qué tiemblan tanto? Me gustaría un sombrero. Uno grande, que me cubra del mundo. Voy a entrar al cine. La sala está casi vacía. Ultima butaca. El terciopelo rojo del asiento se siente húmedo y frío bajo mis manos. Un tipo se acerca. No le veo la cara, solo una sombra que se cierne sobre mí. Siento su mano agarrando la mía, llevándola a su entrepierna. Un escalofrío de asco y confusión me recorre. Me agarra. ¿Por qué lo permite mi mano? Me voy. La película parpadea en la pantalla, imágenes borrosas sin títulos. No entiendo alemán o lo que sea que hablen. Me voy. Me vine. Una punzada de extrañeza. Me voy. Me siento liberado pero solo del vientre. Todo es confuso.

 

​​No voy a cerrar la puerta. ¿Por qué debería? Que entre quien quiera. Y no me importa que se enoje. ¿Quién se enojaría? La casa está vacía... o no. Siento una presencia en la oscuridad. Maldito gato. Sus ojos amarillos brillan como brasas en la penumbra. Siento sus uñas clavándose en mi pierna. Lárgate. Así está mejor. Silencio.

 

​Comida. Eso está bien. Mi estómago ruge. Abro el refrigerador. ¿Qué tiene este irresponsable guardado aquí? Mermelada de fresa que huele a rosas muertas, cajeta dura como piedra, pan envuelto en celofán pegajoso, leche agria. Todo. Que vuelva a comprar.

 

​Mejor ya me duermo. El cansancio me pesa en los párpados. O qué. ¿Lo espero? Una sombra al final del pasillo. ¿Y de qué vamos a hablar?

 

 

 

¿No te gustó?

Primera versión.

 

¿No te gustó? Mientras tengo la boca pegada en el espejo escucho el radio shu shu garaluz Mis ojos grandes. Apago la luz y la pupila abierta enorme se inunda. Prendo la lámpara. Ni una lágrima. Yo*

Salgo a la calle. Olvidé el sombrero. No yo no uso. Mis ojos turbios. Tengo frío. ¡Qué semáforos! ¿Por qué la lluvia es verde? La mesera no me entiende. Con dos cucharadas, le digo. No me sirve nada. Me voy *

 

Voy a prender otro cigarro. Me gustaría ponerme un sombrero. Voy a entrar al cine. Ultima butaca. Un tipo se acerca me la agarra, me masturba, me voy, película sin títulos, no sé alemán, me voy, no veo la cara del tipo, me vine, me voy, qué asco de película *

 

No voy a cerrar la puerta y no me importa que se enoje. Maldito gato, me araña la pierna; lárgate, así está mejor. Comida, eso está bien. Qué tiene este irresponsable. Mermelada, cajeta, pan en celofán, leche. Todo a punto de acabarse. Que vuelva a comprar. Mejor ya me duermo; o qué, ¿lo espero?